Pascual Andrés Tévar nos envía un nuevo artículo de opinión:

En el domingo del pasado 10 de mayo de 2020 saldo como de costumbre a correr un poco, y caminar mucho más, que ya tenía premeditado , sobre las 06:31 horas , con un pantalón corto, camiseta del Real Madrid de los 80, y las zapatillas, y con una compañera inesperada, la MASCARILLA ,previsora, por sí fuera necesaria. Todo ello, con autoconvencimiento, de desahogar el largo confinamiento, y las dudas y los debates conmigo mismo, a lo largo de tantas semanas encerrados.

Dadas las horas, apenas me encuentro a nadie en el camino, y más en los primeros veintitantos minutos que voy corriendo a mi manera. Pero siendo consciente de las nubes amenazantes, me pilla la tormenta de lluvia y viento. Y en un atrevimiento, exento de valentía, continuo, y me topo con las señales que el término municipal se acaba. Así que con esta excusa perfecta, evitando incumplir la ley de la desescalada, me vuelvo a casa, bajo la intensa lluvia, y siendo consciente, que no pue parar, con todo mi cuerpo mojado, lo mejor es continuar; y más porque la tormenta da una tregua, y por otra, porque caminar bajo la lluvia, en una hora temprana, tiene un aliciente inesperado.

Y en todo este asunto, me asalta, el debate del confinamiento de COVID 19; en donde alejarse del peligro es QUEDARSE EN CASA. Tal vez, este enemigo invisible, no está cambiando la vida, y la forma de convivir con los demás. Pero, me resisto a pensar, que me nos va doblegar en el convencimiento, de que los ABRAZOS Y LOS BESOS, solo son virtuales. Y que estoy convencido, que volverán revestidos de una fe inquebrantable en la convivencia libre y espontánea.

Como le decía a un amigo que trabaja en la hostelería, y que me recordaba un artículo que publiqué el pasado año “LOS BARES, ESOS LUGARES DONDE NOS HACEMOS AMIGOS DEL MUNDO”, al que he autorizado para que lo ponga en las redes sociales, porque “NO HAY CONFINAMIENTO que pueda acabar con la indescriptible emoción de una cerveza bien fría, en la terraza de un bar, rodeado de amigos”. Lucharemos, hasta donde haga falta, para recuperar esa emoción insuperable.

Tal vez la pandemia, se ha atrevido a amenazar nuestras convicciones, nuestro equilibrio emocional, nuestra capacidad de convivencia, y ha desatado los fantasmas, los monstruos, y los miedos en todas partes. Pero, cada día, cada despertar, tengo más claro, que la ilusión, de volver a juntarnos con los AMIGOS y con la FAMILIA, no hay virus que pueda doblegarla.

Así que en este correr y caminar, en la tempranera mañana , de un domingo de primavera de mayo de 2020, ha sido capaz de sacar , en una mezcla extraña y desafiante, de tormenta , lluvia, miedos y debates, la capacidad de buscar de forma incesante , una luz entre tantas sombras, y lejos de valentías, y con el miedo en el cuerpo , he sentido , he palpado, que hay valores, que nos harán vencer, a pesar todos los sufrimientos , las mascarillas , los contagios, las ucis, las muertes, y la desesperanza. y encontrar la fe infinita, de convivir y compartir , sacando lo mejor de nosotros mismos. Y como decía MARTIN LUTHER KING “debemos tener claro los eternos principios de belleza, amor, y justicia, debemos avanzar, sino no puedes correr, anda, sino puedes caminar, gatea, pero sigue adelante”. Porque si somos capaces de sacar los valores, conseguiremos ganar esta guerra, y ver en libertad nuestras ciudades, y convivir de verdad, en todos los sentidos. Y tener claro, que los que han dado su vida en el camino, tienen y tendrán EL HOMENAJE ETERNO en nuestros corazones. Así que lanzo esta humilde reflexión, en esta mañana de extraña primavera de un mes de mayo de 2020, convencido, que nada ni nadie, nos doblegará en la ilusión irrefrenable, de caminar y compartir, en nuestra tierra sanvicentera, bajo la increíble luz mediterránea.