La Iglesia San Vicente Ferrer ha sido el lugar elegido para celebrar la misa funeral en memoria de las víctimas y afectados por el coronavirus. El oficio religioso ha comenzado a las 19:00 horas de esta sábado 25 de julio.

El alcalde de la localidad, Jesús Villar, miembros de la Corporación Municipal, representantes de numerosas entidades y asociaciones del municipio, así como representantes de las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado, Policía Local, Protección Civil, centros de Salud y Hospital de San Vicente y asociaciones de Comerciantes y Empresarios, han asistido al oficio. También han acudido familiares de algunos de los fallecidos durante el Estado de Alarma.

Dadas las medidas actuales de restricción de aforo para la prevención de la covid-19. La misa ha sido retransmitida en directo desde la página de Facebook municipal y Televisión de San Vicente. La misa se ha sido organizado conjuntaymente entre el Ayuntamiento, la Iglesia Parroquial San Vicente Ferrer y las Parroquias Inmaculada Concepción y Santa Isabel.

El alcalde, Jesús Villar, ha manifestado que “con la celebración de este oficio tan simbólico San Vicente ha rendido homenaje a todas las personas fallecidas en estos momentos tan complicados y a los familiares que no han podido despedirse de sus seres queridos. También a los afectados y afectadas que han vivido situaciones críticas intentando salvar sus vidas”.

Además, el alcalde, ha destacado que esta misa también es un reconocimiento para todos y todas los que con su trabajo, han contribuido a luchar contra la pandemia”.

“Ahora más que nunca hemos de cumplir las medidas sanitarias de distanciamiento social, uso de mascarilla y lavarnos la mano a menudo. En nosotros está que podamos avanzar hacia delante y superar esta situación”, ha expresado.

Villar ha agradecido a las parroquias su implicación y esfuerzo para poder organizar el homenaje.

El párroco de la de San Vicente Ferrer, Miguel Ángel Cerezo, ha señalado en la homilía que nos unimos todas las instituciones de San Vicente en la tarde del sábado 25. Durante el confinamiento nos hemos reunido en los balcones para aplaudir a aquellos que nos han servido arriesgando sus vidas, fuera de él, el aplauso lo convertimos en oración sincera, por las familias que no han podido realizar el duelo, despidiéndose de los suyos y sin la compañía y el cariño de los cercanos”.