Pascual Andrés Tévar

En el transcurso del debate interminable y descontrolado de medidas y protocolos de la pandemia, las vacunas parecen que inyectan un acto de control y tranquilidad ilusionante de la situación. Pero a su pesar, aun no somos conscientes plenamente del largo camino que nos espera.

Está bien, que confiemos en la ciencia, que han sido capaces de trabajar duro, para sacar las vacunas, que sean el dique de contención de la pandemia. Pero no todo se soluciona con la vacuna.

Las vacunas, cuando nos vayan tocando, dentro del protocolo, es un hecho incuestionable de buscar la inmunización, pero lo importante es concienciarnos, que esta etapa, es un paso importante, pero un paso más. Porque la vacuna solo inmuniza del virus, pero no de todas las consecuencias y limitaciones de la libertad.

Así que, pensemos en las vacunas, como una etapa más, con todos los agradecimientos y homenajes a la ciencia, pero paso definitivo, tiene que ser un acto de fe individual, y a su vez, trasladado a lo colectivo.

Tener siempre muy claro, que no hemos ganada nada a la pandemia, sino somos capaces de asimilar, y de transmitir, que a pesar de las vacunas, en cada uno de nuestros actos en la vida diaria, que hemos superado, en todos los sentidos, el estancamiento y la limitación mental. Y de concienciarnos de verdad, que hemos sido capaces de superar la pandemia, en todas sus consecuencias. Y aprender al mismo tiempo, la lección, que nos imponga una reflexión de prudencia permanente, en nuestra forma de vivir en adelante.

Nunca, nos cansemos de luchar, revestidos de inconformismo duro y permanente, para que a pesar de la vacuna, solo toca pensar y entregarnos a convivir, con la ilusión recobrada, y ganada minuto a minuto, y así tener nuevas posibilidades de seguir adelante.

Así que, con los pies en el suelo, dejemos que las vacunas, en las que confiamos, hagan su trabajo, y lleguen a todas y todos, y en todas partes, salvando los miedos. Y ganando el camino a los nuevos tiempos de convivencia y recuperación de libertades.

En consecuencia, reflexionemos, y pensemos en la vacuna, como solución acompañada, de hombres y mujeres, que se han sentido en conciencia, impresionados por su llegada. Y a su vez, por el duro debate político, y el negocio y la polémica de su distribución mundial, que nos lleva, a tratar de encontrar, con humildad, que todos y todas, tenemos nuestra responsabilidad en este proceso, de recuperación de la convivencia libre y solidaria.

En consecuencia, las vacunas, es un paso más en el camino en busca de la libertad serena compartida, y a su vez llena de debates y de dudas, pero que sabiendo conjugar esa mezcla, seamos capaces, al mismo tiempo, de caminar en la convivencia, bajo la increíble luz mediterránea.