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Para el que no entienda lo del agua del mar

Opinión

Eduardo Seva

Opinion de Eduardo Seva sobre el cementerio de mascotas. Moción de Ciudadanos y REDcv

PP y PSOE El Campello temían este momento. Era una bomba de efecto retardado que habían preparado en los años de bonanza de mitad de la primera década, creyéndose ellos mismos poder hacer de El Campello el segundo oasis benidormí de toda la Costa Blanca. Si ya fluía el dinero, a partir de ahora iría como una bala la construcción, la hostelería, el pequeño y gran comercio, la expansión del casco urbano hasta los límites…, pues hasta los límites que el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) permitiese. Para eso habían programado ya su inicio y habían firmado un buen número de compromisos encaminados a las macrourbanizaciones, los rascacielos, la población en crecida inimaginable, el consumo, las ampliaciones, los aparcamientos subterráneos de enorme capacidad, un convenio con la Confederación para que no le falte agua a nadie, 8 Hm3 al año, buena cifra, nos quedaremos cortos casi. ¡Se van a enterar los de al lado quiénes somos nosotros los de El Campello!

Después les sorprendió la crisis de Lehman Brothers Holdings que azotó a más de medio mundo durante cuatro o cinco años, pero ya teníamos hecha la chapuza de Les Canyades, ahí no hay vuelta atrás. Ya teníamos apalabrada la gran obra de la calle san Bartolomé y la conexión del pueblo de arriba con el de abajo, el parqueo dels Fürs, el arreglo de la calle, el
paseo marítimo, el Corte Inglés en la bisagra, el parque central, la piscina municipal y todo el complejo acompañante y hasta el contrato con la futura planta desalinizadora de Mutxamel. ¡Qué poco cuesta pensar a lo grande!

Pero ¡ay!, el PGOU que ya había salido del horno en 2011 y que iba a dar salida a todos los anhelos de este pueblo tropezó con la alegación del restaurante “Seis Perlas” paralizando la expansión, los cambios de usos y las ilusiones, tanto tanto que, en 2016 el TS declaró nulo dicho plan y todavía hoy estamos tirando del planeamiento de 1986. ¡qué hacemos? Cada uno a su rincón. A esperar.

Y eso estamos haciendo. Esperar. Esperar a que caiga encima la indemnización del parquin Els Fürs con 12 millones, esperar a adjudicar la piscina, a salvar los muebles que quedan después de la pandemia del maldito SARS COVID19 (otra crisis grande, pero más cornás da el hambre),
casi dos años de inactividad y de repente, los 14 millones más de amortización de la planta desalinizadora, tener que decirle a los vecinos que el recibo subirá muchísimo,…, aunque queda el recurso de hacer caer que es la oposición la que muestra irresponsabilidad máxima al no corear las propuestas de una parte de este gobierno y señalar la deslealtad del socio. Mientras tanto, nosotros calladitos, que así estamos más guapos. Llamamos a los técnicos y que den las explicaciones, que acabarán convenciendo.

Bueno, todo estos son suposiciones. Ahora espero sus explicaciones.

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