por Pedro Mario Pardo, concejal de EU-UP

Debo reconocer que este gobierno se esfuerza mucho en sorprendernos cada día. Cuando piensas que ya lo has visto todo, ellos mismos se superan. ¿Su última marca? Pues bien, empezando el mes de agosto, y con el alcalde de vacaciones, no se le ha ocurrido al gobierno local mejor idea que convocar en el cementerio municipal, a todos los medios de comunicación para presenciar un hecho insólito y excepcional: la construcción de 15 nuevos nichos.

Mientras que en el resto de contratos las firmas se hacen electrónicamente, en esta ocasión se debieron preguntar ¿por qué no montar una performance en medio del camposanto mientras firma el concejal delegado con el representante de la empresa? La idea debió gustar a tenor de los hechos, dejando una instantánea tan inapropiada como interesada, más parecida a una boda que a la construcción de una quincena de nichos.

Llevamos un año sin que nuestros familiares, vecinos y vecinas y amistades se puedan enterrar en el cementerio de su pueblo. Un año desde que al cementerio municipal se colmataron todas sus plazas, lo que ha obligado a tener que acudir a otros cementerios de otros municipios para poder cumplir su última voluntad de ser enterrados. ¿Y en mitad del verano nos vienen a anunciar que en octubre tendremos capacidad para 15 personas? Un municipio de 30.000 habitantes que tiene en torno a unos 80 decesos anuales.

La situación a la que están precipitando al pueblo es cada día más sorprendente. Lo que no debería suceder, sucede. Y de la mala gestión se enorgullecen. Intentando tratar por tontos al personal. Por favor, dejen fueran tanta sobreactuación. Y empiecen a hacer su trabajo. Muy lejos queda aquel anuncio de Juan José Berenguer, a los seis meses de acceder a la alcaldía en 2019, de la construcción de 500 nichos. Hoy, 15 nos parece una proeza que se deba inmortalizar. ¡Cómo baja el nivel!