En tiempos de espectáculos contenidos, de conciertos acústicos, y de inmensos escenarios prácticamente vacíos, Los Enemigos llegaron a Alicante a presentar batalla y a dar el espectáculo.
Aunque para ello, tampoco necesitaron de muchos adornos, y demostraron que en la época en la que estamos también se puede triunfar en terrenos hostiles.
Les bastó con las armas que tan bien manejan desde hace tanto tiempo, sus guitarras, y el batallón funcionó a la perfección; la estrategia se la saben de memoria hace ya más de 30 años.
Desde lo alto, la bandera que ocupaba todo el campo de batalla, y que les identifica allá donde vayan, la raspa del pescado a modo de calavera.
Y eso sí, su público incondicional les allanó el terreno como si de una avanzadilla se tratara.
Aparecían Los Enemigos sobre el escenario de Alicante bien uniformados, con camisa de color rosa y corbata, como un lobo con piel del cordero.
Inmediatamente sonaron las contundentes guitarras de Los Enemigos, prácticamente al pisar el escenario, sin presentaciones, sin prolegómenos, directamente al lío. Guitarras como las de antes. Comenzaron el espectáculo fuerte, con las canciones más cañeras, aunque decir esto de Los Enemigos es como no decir nada; el primer tema “Mar de Sendas” como tarjeta de presentación de su último disco “Bestieza” publicado este mismo año.
Canción tras canción fueron tendiendo la emboscada, alternando los temas de su nuevo disco, como “La Costumbre”, “Vendaval”, “Océano”, o “Señor Correcto”, con los éxitos de siempre de la banda como el demandado “Desde el Jergón”, “John Wayne” o “La Otra Orilla”.
Los aguerridos músicos también dieron algo de tregua, bajando algo el ritmo de la batalla, y presentaron canciones algo más tranquilas como “Siete Mil Canciones” que se incluye en el nuevo disco y que podría rozar la consideración de balada si no fuese por las contundentes guitarras que incluso en esta canción siguen presentes.
Cada una de las canciones del espectáculo fueron presentadas por el capitán de la banda, como quien presenta a sus hijos a los amigos, avisando al público de lo que se les venía encima; un Josele Santiago acertado y fino en sus comentarios, en los que relacionaba cada una de las canciones con un tema de actualidad, demostrando que desde siempre la música también ha sido un vehículo de reivindicación y denuncia.
En definitiva, un espectáculo de rock al más puro estilo clásico, donde, como decía el propio Josele, lo pasamos raro pero lo pasamos.
El concierto, tras los bises, terminó por todo lo alto, atreviéndose Los Enemigos con una versión del “Waterloo” de Abba, y sin inmutarse, se quedaron tan anchos.
La referencia artística a las batallas épicas y a las grandes victorias, se correspondía con lo que sucedía en el Puerto de Alicante; el público se puso en pie y se puso a bailar para, de forma casi inmediata aplaudir y ovacionar a los artistas, quienes agradecían todos unidos las muestras de cariño por parte del público.
La organización del espectáculo seguía un estricto protocolo sanitario: espectáculo al aire libre, aforo reducido y adaptado a la distancia de seguridad obligatoria, público organizado en asientos con localidades, dispensadores automáticos de gel hidroalcohólico, uso de mascarilla obligatorio en el interior del recinto, vasos de un solo uso, desinfección del espacio (antes, durante, y después del evento).
Además, el gran despliegue de personal, tanto de seguridad como de asistentes, permiten asegurar el cumplimiento de las normas sanitarias, con un riguroso seguimiento del uso de la mascarilla por parte del personal.
El ciclo “Noches Mediterráneas”, organizado por Producciones Baltimore sigue ampliando el cartel, con importantes bandas que se han ido sumado al espectacular elenco del que dispone el evento, convirtiéndose en un referente musical a nivel nacional.



























