Hace unas semanas alertábamos de una vivienda en San Vicente que había sido ‘okupada’. Tras un largo y desesperante infierno de ocho meses, los dos afectados, un matrimonio de pensionistas, ha podido recuperar su casa.
“No sabíamos cómo estaría”, cuentan los protagonistas, que el pasado 31 de julio pudieron por fin pisar su domicilio de nuevo. Antes tuvieron que llamar a un cerrajero, un gasto más que acumular a lo mucho que les ha costado todo este mal trago. “Nada más entrar había un olor a agrio insoportable. No habían roto nada, pero vimos un sofá viejo, armarios raídos, colchones meados, comida acumulada, defecaciones de animales…”, explican. Además “se llevaron la televisión, sábanas y ropa de los armarios”, en unas pérdidas que están siendo valoradas por el seguro de la vivienda.
Ya han avisado a los pintores y también pondrán una puerta blindada, rezando para que esta situación no se vuelva a repetir. “No imaginas lo que hemos padecido, es algo que hasta que no te pasa no sabes lo que es”, concluyen.
Los ‘okupas’ abandonaron la vivienda tras un requerimiento oficial, en los días previos a ser desalojados. Ahora el caso se encuentra a la espera de juicio, aunque el martirio que ha pasado esta familia ya no hay quien lo pueda reparar. Al menos, ya pueden respirar con alivio sabiendo que han recuperado lo que es suyo.