La magia de Izal brilló en Alicante por partida doble
Confesaba Mikel Izal, en el concierto del miércoles 5 de julio, el primero de los dos ofrecidos en Alicante, sentirse raro en este nuevo formato de espectáculo, impuestos por obligación, y en el que ha habido que adaptar la puesta en escena a la nueva situación.
Quizás por eso la escenificación era muy hogareña, sentada toda la banda y, junto a cada uno, una mesita auxiliar con una lámpara y unas flores, como para sentirse cómodos, como quien llega a casa después del trabajo y se quita los zapatos.
Y quizás por eso también, eligieron “Despedida” como primer tema, para darle la vuelta a todo.
Afirmaba Mikel que este nuevo formato se vive de otra manera, hay menos baile pero más música; por ello prometía substituir el baile por emociones diferentes.
Y vaya si lo consiguió.
El grupo madrileño, compuesto por Mikel Izal, Alberto Pérez, Alejandro Jordá, Emanuel Pérez, e Iván Mella, hicieron un repaso por los grandes éxitos de sus discos “Magia y Efectos Especiales”, “Agujeros de Gusano”, “Copacabana” y el más reciente “Autoterapia”. El público pudo disfrutar de temas como “Pánico Práctico, “Palos de Ciego”, “Arte Moderno”, “Los Seres que me Llenan”, “Tu continente”, o “Pausa”, entre otros.
Para Izal todos estos temas, algunos de ellos escritos hace años, siguen teniendo una vigencia absoluta, porque hablan de la vida.
Entre canción y canción, el cantante hizo un ejercicio de reflexión y fue contando al público sus propias emociones, tratándole con la cercanía de un confidente.
Contaba que en este formato de conciertos, la disposición era diferente, no era una actitud de estadio; la nueva normalidad le permitía hablar más y podía explicar las canciones.
Además, se permitió contar un gran número de anécdotas, cosa que nunca pueden hacer en los “conciertos de bailar”.
Hablaba sobre la posibilidad de tocar canciones que normalmente no pueden tocar, y también sobre la mayor dificultad de tocar en ambientes reducidos, donde los fallos y equivocaciones se perciben con mayor antelación que en un estadio.
Tuvo tiempo de agradecer a sus compañeros la buena relación que tienen entre ellos, ya que de lo contrario no hubiera sido posible llegar hasta donde lo han hecho en apenas 10 años, pero también al público al que piropeó afirmando que son “los seres que nos llenan”.
Igualmente recordaba la importancia que Alicante ha tenido en el grupo, y se interesaba por cuántos de los asistentes eran habituales de la sala Stereo, donde solían tocar en sus inicios, cuando aún no eran conocidos, y el público les arropaba cariñosamente.
A pesar de los esfuerzos en explicar las ventajas de esta nueva manera de hacer conciertos, o quizás en convencerse a sí mismo de estas bondades, la cabra tira al monte y el público se venía arriba con los acordes del esperado “Copacabana” y “El Baile”.
Los asistentes, en sus butacas, movieron el cuerpo y sobre todos los brazos, en esta nueva modalidad de danza, pero no pudieron contener el baile, a pesar de haber tenido su dosis de emociones, tal y como les habían prometido. Las luces, enloquecidas, invitaban a ello, y mientras el cantante afirmaba que “la felicidad es una noche como esta”
El concierto terminaba en todo lo alto con “La Mujer de Verde”.
Una de las últimas reflexiones fue acerca de la organización, y cómo el concierto de Alicante había sido un ejemplo de cultura segura.
Los que no pudieron disfrutar del espectáculo, aún dispondrían de una segunda oportunidad al día siguiente, para sentirá la magia, los efectos especiales, y las emociones diferentes que ofrecían Izal y, por qué no….bailar.
El ciclo de conciertos “Noches Mediterráneas” sigue un estricto protocolo sanitario: espectáculo al aire libre, aforo reducido y adaptado a la distancia de seguridad obligatoria, público organizado en asientos con localidades, dispensadores automáticos de gel hidroalcohólico, uso de mascarilla obligatorio en el interior del recinto, vasos de un solo uso, desinfección del espacio (antes, durante, y después del evento), con un gran despliegue de personal que permite asegurar el cumplimiento de las normas sanitarias.
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