La música y la danza volvieron a San Vicente de la mano los coros Lillo Juan y del Grupo de Baile Ball i Art. El Parque Juan XXII acogió el pasado sábado una velada en la que se siguieron todas las normas de seguridad pertinentes para que el concierto fuera todo un éxito.
El recinto fue un lugar seguro, con gradas acotadas, dos entradas señalizadas y obligatoriedad de cumplir con el uso de mascarilla y la distancia social. La salida tras el acto fue escalonada y la distribución del público se realizó en base a unidades familiares de tres, dos o un miembro.
Los coralistas superaron esta situación atípica y rayaron a gran altura, recibiendo felicitaciones de todos los asistentes, entre ellos la edil de cultura, Raquel Rodríguez. Les ha costado adaptarse al uso de mascarilla, pero demostraron valentía y asumieron riesgos, demostrando que en estos tiempos difíciles también se puede apostar por la cultura. En cuanto al grupo de baile, realizaron un espectáculo fantástico, con multitud de pasos y movimientos en los que mantuvieron la distancia social. “Quedamos contentos, satisfechos, estimulados, y con ganas de seguir haciendo más cosas”, declararon los organizadores.