Somos L’Alacantí
Ara Malikian volvió a emocionar el pasado viernes 16 de octubre al público Alicantino en el espacio Noches Mediterráneas.
El concierto comenzó de la misma forma que finalizó con el artista tomando contacto directo con el público, blandiendo su violín e interpretando una emotiva melodía llena de melancolía. La expectación era máxima por ver a este violinista español, de origen libanés y ascendencia armenia, que ha creado su propia orquesta y ha participado en infinidad de espectáculos, grabado más de 40 discos y girado por todo el mundo, y cuyo aspecto recuerda más a una estrella del rock apostando por la cultura universal, transversal y sin etiquetas.
Una vez en el escenario, durante la presentación Malikian agradecía a la organización de Noches Mediterráneas las extraordinarias medidas de seguridad y su enérgica y decidida apuesta por la cultura y lanazaba una advertencia: «El único riesgo que hay aquí es que el concierto dure 18 horas, porque llevamos cinco meses sin tocar y tenemos muchas ganas, pero vosotros a vuestro aire, podéis salir, cenar, tomaros una copa, que nosotros seguiremos aquí…»
Acompañado por el extraordinario pianista cubano Iván Melón Lewis comenzó un viaje musical cuya primera parada fue Beirut y concretamente el barrio armenio donde pasó su infancia ‘Bordj Hammoud’. Un barrio lleno de sonidos en el que destacó el de los conductores que modificaban las bocinas de sus coches con las notas de las melodías de moda. Este primer y enérgico tema fue suficiente para entonar el ambiente y entrar en calor en una noche en donde el relente obligo el uso de algún que otro elemento de abrigo en el puerto de Alicante y encarar el siguiente “Lucine” dedicado a su madre.
De Beirut nos trasladamos a Alemania donde Malikian, se sumergió en la tradición musical judía que inspiró el tema “Pisando flores”, inspirado en años amenizando bodas para sufragar gastos en sus años estudiantiles. De Alemania el periplo musical tomó rumbo a la Patagonia con el tema “Las milongas de Alfredo Ravioli” que esconde una divertida anécdota sobre el ficticio lutier italiano que construyó su primer violín.
Tras este tema amoroso llegó la primera versión de la noche “Life on Mars” de David Bowie. Y de este ya clásico de la música popular, Malikian pasó a uno de sus referentes musicales, Nicolò Paganini, revulacionario compositor que impulsó el violín a sus máximas cotas, con su conocida Campanella, anécdota incluida.
La segunda versión de la noche fue Bachelorette del álbum Homogenic de la artista islandesa Björk, despojado de su electrónica sonó igualmente pasional.
El concierto iba llegando a su fin no sin antes tratar de que Melón se arrancase con un bailecito sobre un vals de Tchaikovski infructuosamente. En el punto final de este mosaico musical volvió la piel de pollo no tanto por la fría noche sino por la emotiva tonada dedicada a las víctimas del Covid-19, y por el sincero agradecimiento a los espectadores alicantinos de Ara Malikian, “gracias por apoyar la cultura”.