Pascual Andrés Tévar nos envía un nuevo artículo:
En estos tiempos de pandemia del otoño de 2020, mirar los periódicos, y ver los telediarios nos crea un estrés capacitado para el insomnio y la depresión en todas sus posibilidades.
Así que ante tanta incertidumbre, he decidido buscar los momentos ALEGRES, que amortigüen y combatan tantas amenazas y miedos.
Combatir el miedo, es despertarse en la madrugada, y ver salir el sol, que inunda los espacios, y melancolías, y nos hace resetearnos por dentro y por fuera, y nos impulsa con una extraña fuerza invisible , para llevar a poner nuestra mente a tono con la alegría de vivir.
Combatir el miedo, es mirar deteniendo el tiempo, a los ojos de tu compañera, y decirle con toda la pasión del mundo y sin palabras, todo lo que sientes por ella, y lo que estás dispuesto a compartir, más allá del paso del tiempo.
Combatir el miedo, es ir cada día al trabajo, y decirle con miradas , y con palabras, a tu compañero y colega del alma, que no existen barreras en los retos, y que reírnos juntos , es la mejor terapia , que hemos interiorizado el mensaje sin límites del tiempo.
Combatir el miedo, es ir a la Peña, y saborear el Madridismo con tus pocos colegas y peñistas, y con los gozos y los suspiros, con las alegrías y los cabreos, soportar el reto de ser Madridista, y todos los valores que eso conlleva, y nos insufla moral y alegría, a pesar de todo, para seguir con esas gotas de ilusión, en el desafío de seguir adelante.
Combatir el miedo, es que la pandemia no te paralice, y seas capaces de continuar, con la mente inquieta y desafiante, que no acepta que se tuerza la buena y sana alegría de la vida diaria, por muchas restricciones que las autoridades nos impongan, con la mezcla dudosa de política y ciencia.
Combatir el miedo, es salir a caminar, o a pasear, y observar con calma el paisaje, y ver y observar a los ciudadanos y ciudadanas, con miradas limpias hasta donde dejan las mascarillas, y pensar, que a pesar de las duras batallas interiores, no dudamos, en reír, y en soltar adrenalina, que nada ni nadie tiene derecho a atosigarnos y amargarnos la vida.
Así que, en esta reflexión , serena y convulsa al mismo tiempo, para combatir los miedos de esta pandemia, tener claro, que nunca podrá con nosotros, si en ese despertar solidario, somos capaces de motivarnos , y redescubrir cada amanecer , con los valores que nos hacen invencibles, bajo la increíble luz mediterránea.
