-Con la pandemia, este año 2020 ha sido totalmente diferente, ¿cómo ha cambiado el municipio y su gestión en estos últimos meses?

–Diferente sería una definición que se queda corta. Ha sido terrible, cruel, endemoniadamente complicado para todos. Un año para olvidar, en el que por imperativos absolutamente comprensibles hemos perdido buena parte de nuestras libertades individuales y colectivas, y hasta hemos tenido que cambiar nuestra forma de vivir y renunciar a nuestra esencia como seres humanos mediterráneos que somos. No poder dar brazos ni besos es muy duro, pero lo hemos asumido con responsabilidad, y plenamente conscientes de que lo más importante es la salud… nuestra vida.

-¿Cree que las instituciones han estado a la altura de la situación?

–Sobre todo el Ayuntamiento. Cada una desde su ámbito competencial, la pandemia sanitaria y sus consecuencias sanitarias, económicas y sociales ha sido y sigue siendo lo primero en las actuaciones de las administraciones públicas. Con mayor o menor acierto, que de todo ha habido y hay, pero casi todos nos hemos dedicado con exclusividad a frenar esta crisis sin precedentes.

          Desde el Ayuntamiento hemos destinado fondos para ayudas directas a familias en situación de vulnerabilidad, a comercios afectados por cierres completos o parciales, a autónomos que no han podido trabajar sobre todo durante el confinamiento… Cuantos sectores productivos se han visto afectados han podido tener acceso a subvenciones con las que intentamos paliar en parte su situación.

-¿Qué ha sido lo más doloroso de este 2020?

–Sin duda, la pérdida de vidas humanas. Es muy doloroso perder a un familiar o amigo y ni siquiera poder despedirte… Es terrible. En segundo lugar, la larga lista de contagiados y las secuelas que les han quedado. No dejo atrás las economías familiares hundidas, los negocios que se han visto forzados a cerrar con carácter definitivo. Y todo ello al margen del parón que han sufrido proyectos de todo tipo que las administraciones teníamos programados. Lo primero es lo primero, y hemos actuado en consecuencia.

          El Campello es un municipio turístico, y por tanto la hostelería, la gastronomía y el comercio son la piedra angular de nuestra economía, y son precisamente los sectores más afectados por la pandemia. No hablamos de grandes cadenas hoteleras con cientos de trabajadores. Hablamos de negocios fundamentalmente familiares, en algunos casos con unos pocos trabajadores, que dependen de la caja diaria para subsistir… y esa caja se ha cerrado. Esta crisis es dramática para ellos, y el Ayuntamiento seguirá ayudándoles.

          Pero quien me conoce bien sabe que de todo me gusta sacar alguna lección, algo positivo. Esta pandemia, y su aguda crisis que espero no se convierta en algo crónico, han hecho aflorar lo mejor de la ciudadanía. La ola de solidaridad ha sido increíble, a todos los niveles. Y El Campello ha sido un claro ejemplo de ello. Cuando se ha requerido la movilización vecinal para ayudar a los que lo estaban y lo están pasando mal, desde el minuto uno la gente se ha lanzado a apoyar y a aportar en la medida de sus posibilidades. Hemos tenido grupos de personas confeccionando mascarillas cuando no había en el mercado, se han movilizado más voluntarios de Protección Civil que en toda la historia de ese cuerpo tan esencial, nos hemos preocupado por los mayores que no debían salir de casa, hemos asistido a enfermos en traslado y necesidades básicas, hemos llenado las despensas de quienes no tenían ni para comer… Una movilización general de la que me siento muy orgulloso como alcalde y como campellero.

-¿Qué espera de este 2021 con la llegada de la vacuna?¿Tiene noticias desde Sanidad de cómo se está gestionando en El Campello?

–Mi deseo no puede ser otro que la vuelta a la normalidad. Que todos podamos salir a la calle a disfrutar de nuestro pueblo como hemos hecho siempre, que se recuperen las economías familiares y empresariales, que los autónomos alcancen velocidad de crucero en sus trabajos, que  los actos sociales se recuperen, que disfrutemos de nuevo de las fiestas y reuniones familiares y de amigos, que retomemos la movilidad plena…. En definitiva: de este 2021 espero que nos devuelva todo lo que nos robó 2020.

          En El Campello la incidencia es alta, y por ello hemos tenido que adoptar medidas extraordinarias para evitar contactos y frenar los contagios. Llevamos contabilizados más de 35 fallecimientos. Si uno sólo ya sería un drama, imagínese usted esa cifra. La cicatriz que nos dejará este maldito virus será profunda, y de por vida.

          Y no todo se ha hecho bien en El Campello o para El Campello. La Generalitat ha decidido cerrar el consultorio médico de Muchavista, precisamente en un momento en que es más necesaria que nunca la asistencia sanitaria. No es comprensible, he protestado oficialmente como alcalde, y la ciudadanía se ha movilizado organizando una campaña de recogida de firmas para que se reabra de inmediato. Yo he ido el primero en firmar.

Por un lado nos piden que evitemos desplazamientos, y por otro obligan a los vecinos de Muchavista a desplazarse 5,3 kilómetros hasta el Centro de Salud del centro urbano para ir al médico. En un sinsentido, porque además se favorece la aglomeración de personas. En el Centro de Salud ya se suceden a diario largas colas en la calle. Es absurdo, irracional y cuantos calificativos quiera usted añadir.

Digo esto independientemente del trabajo que se lleva a cabo en el Centro de Salud, que es encomiable y digno de todo aplauso y reconocimiento. Tenemos unos profesionales sanitarios magníficos, y espero que la situación revierta de inmediato y volvamos también en esto a la normalidad.

-¿Teme que afectará a la población las nuevas medidas drásticas que ya han entrado en vigor?

–Sin duda alguna. Cada nueva restricción tiene una dolorosa consecuencia. Eso lo sabemos todos, y por desgracia lo llevamos comprobando casi un año. La hostelería tendrá muy difícil superarlo, los comercios se resentirán por largo tiempo… Desde el Ayuntamiento ayudamos y seguiremos ayudando cuanto podamos, pero es necesario un plan de rescate de esas economías familiares que van a quedar muy tocadas.

-¿Continuará el Ayuntamiento de El Campello destinando ayudas a la población? ¿Han pensado a qué destinará el Ayuntamiento el remanente de tesorería?

–Naturalmente. En todo lo que podamos. Estamos estudiando fórmulas para repartir nuevas ayudas a empresarios y autónomos, algo a lo que, por cierto, nos tiene que autorizar La Generalitat. Disponemos de remanente de tesorería para establecer líneas de ayudas directas, pero es verdad que siempre serán insuficientes si desde otras administraciones superiores no responden con celeridad ante la situación.

          En esas ayudas, naturalmente, seremos especialmente sensibles con los negocios que antes he mencionado: restaurantes, bares, cafeterías, comercios. Haremos cuanto esté en nuestra mano para incentivar el consumo en locales y comercios de cercanía, que son los nuestros y a los que tenemos que cuidar.

-A nivel municipal, ¿cómo valora hasta este punto gobernar junto a Ciudadanos y Vox?¿Y qué le está pareciendo el papel de la oposición en esta legislatura?

–¿Sabía usted que, hasta que se constituyó la coalición de gobierno municipal actual, durante los cuatro años anteriores se funcionó con unos presupuestos que se aprobaron siendo yo alcalde en 2015? Los cinco partidos de izquierda (que al final fueron cuatro porque uno de ellos se desligó) que se coaligaron en el periodo 2011-2015 fueron incapaces de elaborar unos presupuestos. No tenían ni presupuesto ni proyectos. Consecuentemente, tampoco hubo gestión destacable, claro, a mi entender por no tener claro qué pueblo querían.

          El pacto de gobierno funciona. Hay que entender que la convivencia genera debate, claro que sí, y que cada partido mantiene sus posiciones e intenta alcanzar el máximo de visibilidad. Eso es política.

          Actualmente, la oposición juega un papel desigual. Tengo que reconocer que con las medidas adoptadas ante la pandemia hemos caminado todos juntos, aprobando por unanimidad planes y mociones… pero son muchas las ocasiones en las que me parece estar viviendo una escena de Kafka cuando nos presentan a debates asuntos que nada tienen que ver con el municipio. No pondré ejemplos, pero debatir tantos y tantos asuntos de pura ideología o de índole nacional e internacional con la que está cayendo en el municipio, me parece una pérdida de tiempo. Pero es cierto que están en su derecho de seguir esa política apartada de la realidad más cercana, y lo hacen cada mes.

-Para terminar, ¿qué mensaje de optimismo lanzaría para este 2021?

–Lo he dicho muchas veces, y me ratifico: todo esto pasará. No sé cuánto tiempo transcurrirá hasta alcanzar la normalidad, pero llegará sin duda, y probablemente este mismo año. Hasta entonces, que impere la sensatez, la cordura y la solidaridad. Respetemos las normas y hagamos que los demás las respeten. Cuidarse a uno mismo es cuidar a los demás. La vida es demasiado valiosa para ponerla en riesgo.