Si hablamos de Rock, EL DROGAS no necesita presentación, ya que ha escrito muchos de los momentos imprescindibles de la música en España. Enrique Villarreal pisaba el escenario del Muelle 12 del puerto de Alicante de rigurosa etiqueta, con traje colorido y elegante, y sombrero de copa, como el que va a una fiesta, y es que una fiesta llena de color pretendió ser el concierto en el que el artista se reencontraba con un público que le tenía ganas.

Salía Enrique acompañado de sus músicos y, sin prolegómenos ni presentaciones, empezaban a hacer lo que habían venido a hacer, y comenzaban a sonar los primeros acordes de “En el punto muerto” (Demasiado tonto en la corteza. 2013), tema con el que EL DROGAS abrió el concierto.

Agradecía al público su presencia “en situaciones tan extrañas”, pero como él mismo dijo “habrá que seguir dándole al tema”.

A partir de ahí, se limitaron a hacer lo que se saben de memoria y llevan haciendo durante más de 40 años, con una formación clásica de 2 guitarras, bajo y batería, no hicieron falta más adornos, sino hacer sonar las guitarras prácticamente hasta el estruendo, salvo cuando tocaron “Al salir de la luz” y “Sin lámpara” (Sólo quiero brujas esta noche sin compañía. 2019), que interpretaron en acústico.

Enrique alternó guitarras, armónica y en algunos momentos percusión, aunque en otros temas únicamente cantó agarrado al micrófono mientras se retorcía en movimientos imposibles, como si hubiera hecho un pacto con el diablo y sus más de 60 primaveras no fuesen con él…pero cómo cantó, madre mía cómo cantó. El cantante se movió maravillosamente por los extremos, como el excéntrico personaje del sombrerero de Alicia en el País de las Maravillas.

Pero el nivel y la temperatura del espectáculo fue subiendo progresivamente, aunque ya había arrancado fuerte, y por fin se desprendió de su sombrero de copa, bajo el que escondía un pañuelo de pirata, como un lobo con piel de cordero. Quienes esperaban un espectáculo sobrio y elegante, estaban equivocados.

En la primera parte sonaron sobre todo temas de los dos últimos discos de EL DROGAS, “Demasiado tonto en la corteza” (2013), y “Sólo quiero brujas esta noche sin compañía” (2019), de los que se pudieron escuchar canciones como “Sólo es febrero”, “Debajo de aquél árbol”, “Con ridículo sombrero”, “La mala suerte”, “Ya podemos irnos”, “Perderse es la diferencia” o “Cordones de mimbre”.

Como presentación de “Nos hace morir”, Enrique se acordaba de los que sufren Alzheimer, y decía que hay que hablar las cosas para ver que no estamos solos ni solas, quizás en referencia a la especial relación que tuvo con su madre en los últimos años.

También se pudieron escuchar algunos temas de TXARRENA, la formación con la que Enrique empezó a compaginar su actividad en Barricada a principios de los años 90, principalmente del disco “Azulejo frío” (2011); interpretaron canciones como “Así”, “El fuego de la tarde”, “Algunas cosas por terminar”, “Salvaje mirar”, o el propio “Azulejo frío” que daba nombre al disco.

Como bien dijo EL DROGAS, él fue el culpable del repertorio y la última parte se la llevó por derecho propio BARRICADA, el mítico grupo del que Enrique fue fundador y del que durante 30 años formaría parte, a pesar de la precipitada y atropellada salida del cantante y bajista. Está claro que EL DROGAS sigue siendo BARRICADA, y su público también.

Un público que pudo disfrutar de sonadísimos temas como “La hora del carnaval”, “Oveja negra”, “En la silla eléctrica” “Pétalos”, “Víctima”, “Todos mirando”, “No sé qué hacer contigo”, o “No hay tregua”. También el aclamado “Frío”, un tema que Manolo Tena compuso para el grupo Alarma, y que BARRICADA incorporaba en su repertorio habitual.

Un extenso repertorio de casi 30 canciones, que hizo del concierto de EL DROGAS un espectáculo salvaje, donde sus incondicionales pudieron disfrutar a lo bestia del rock de EL DROGAS, TXARRENA y BARRICADA, y que no habían tenido oportunidad de hacerlo desde el repentino e inoportuno parón de la vida cultural que se produjo el pasado año, como sí ha ocurrido con otros géneros musicales.

Con las canciones de BARRICADA el respetable se vino arriba, mientras EL DROGAS pedía calma para que todos pudieran terminar de ver el espectáculo sentados, aunque alguno no lo iba a conseguir, ya que la nota negativa la pusieron un par de grupos de espectadores que pretendieron armar jaleo y se enfrentaron al resto del público, al que no dejaron terminar de disfrutar completamente de este gran concierto, y también al personal de seguridad y de la organización, que terminaron por desalojar a alguno de los asistentes.

A pesar de las quejas de un parte del público, la organización resolvió de forma rápida la situación y el espectáculo terminó con un gran éxtasis, no sin antes presentar a la banda, cuando sonó el memorable “En blanco y negro” de BARRICADA, con el que cerraron el concierto.

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