Sergio Agueitos

Opinión

Hay propuestas que son muy rimbombantes, pero que esconden el mismo trabajo detrás que una ocurrencia. Hablar de Parque Empresarial en Sant Joan es contar la historia de una promesa populista que nos puede llevar a la ruina por ser una excusa más para continuar con la dinámica de gestión depredadora y sin sentido en nuestro territorio. Esta vez, además, jugando al casino con dinero público.

De igual manera que en Los Simpsons se reflejó brevemente cómo era la venta de este tipo de proyectos en la época de la especulación económica y financiera con un Lyle Lanley sugiriendo la compra de un monorraíl, el PSOE, de la mano del PP, nos quiere vender una macrourbanización a cargo del erario público sin ningún estudio económico ni siquiera una mínima valoración de riesgos. La misma carencia de rigurosidad que condujo a Springfield a inaugurar un monorraíl fracasado, con consecuencias económicas y sociales nefastas.

El debate no está en si queremos o no empresas en Sant Joan, ni siquiera si queremos un espacio dedicado a la innovación. El debate reside en sí para crear un espacio como ése es necesario urbanizar un sector de casi 700.000 metros cuadrados y una previsión de gasto para su mantenimiento de más de 1 millón de euros que, en caso de no resultar exitoso, no solo ese millón tendrá que ser asumido por un presupuesto que ya no da ni para tener las calles y parques de Sant Joan en condiciones adecuadas, sino que, además, habremos destruido todo un sector de tierra productiva con casas de huerta que tiene hoy por hoy un uso ambiental y social.

Desde Compromís ya hemos propuesto ideas viables y dimensionadas a la realidad, como es el caso de obtener más terreno; como el del edificio Colefruse, un espacio enorme ya urbanizado, con conexiones rápidas con la autovía por dos vías diferentes; para que la Universidad Miguel Hernández pueda crear un espacio de innovación con un invernadero de empresas. ¿Adquirir un terreno urbanizado que no necesita la inversión de 30 millones de euros? ¿Cómo nos hemos atrevido a proponer una idea sensata y que la Universidad agradecería mucho más por ser un espacio próximo al polo de conocimiento que es la Universidad y el Instituto de Neurociencias? Alguien tendría que preguntarse por qué se emperra el bipartidismo con la ayuda de VOX y Ciudadanos en macroproyectos depredadores del territorio y quién se beneficia de este tipo de operaciones.

La sostenibilidad no es una palabra bonita que tenga que aparecer en todos los discursos políticos porque sea moda. Sostenibilidad es un concepto que se debe aplicar en la concreción de cada política municipal, y en un proyecto como el del Parque Empresarial, más todavía. Pero no nos engañamos. Las consecuencias de no haberlo aplicado no son estrictamente ambientales. El incremento insostenible de población en zonas costeras mientras hay una parte de España que se autodenomina «vaciada» nos ha llevado a tener que desalar agua aquí. La subida de la factura del agua que experimentaremos supondrá solo en 2021 un incremento de 4-5 euros de media. ¿A quién afectará más negativamente esto? Al final, las consecuencias de la especulación urbanística con que se han hecho ricas empresas que, por cierto, han participado en muchas ocasiones de tramas de corrupción, las pagan las familias con menos recursos, que son las que menos han ganado con este modelo de desarrollo.

Desde Compromís no tenemos ninguna duda de que el proyecto del Parque Empresarial es sinónimo de depredación, falta de rigurosidad, insostenibilidad, pero también es más especulación urbanística; la misma que nos llevó a la peor crisis económica que hemos vivido y que es pilar de un modelo de gestión política y territorial que hay que superar.

Hay alternativa al monorraíl de Los Simpsons que nos quiere vender el bipartidismo de siempre, y es por eso que desde Compromís hemos presentado los recursos correspondientes ante la Justicia. Sabemos que el camino correcto no es fácil ni rápido, pero más tarde o más pronto llegaremos.