César Ponce (Somos Raspeig)

Tiene 14 años y todos los ojeadores ciclistas están pendientes de él. No sólo gana, sino que arrasa en cada competición doblando a sus rivales. Viene de colgarse cuatro medallas en los campeonatos de España y afronta el salto a cadetes con las máximas expectativas y mucho margen de mejora.

En casa de Óscar siempre ha habido pasión por el mundo de las dos ruedas. Su padre practicaba varias modalidades, pero Óscar se inclinó por el ciclismo tradicional después de que el pediatra le recomendara hacer ejercicio.

Con seis años, probó en el club Mar Alacant, donde entrenaban varios amigos de su hermana. Desde el primer día le enganchó el mundo de la bici, mostrando tener un don natural y estar tocado por una varita.

En la primera competición, donde casi ni llegaba a los pedales, ya hizo pódium, y desde entonces apenas se ha bajado del cajón, coleccionando medallas de todos los colores, tanto a nivel provincial como autonómico, y recientemente también cuatro metales en el Campeonato de España, donde demostró que va muy en serio.

“Me apasiona el ciclismo, para mí no supone un esfuerzo entrenar cada día”

Ahora se encuentra en el momento más difícil, donde dará el salto a categoría cadete y encontrará muchos más rivales y dificultades. Su madre confía en Óscar, pero sabe que es una edad delicada donde muchas promesas del deporte se acaban evaporando. Sin embargo, Óscar muestra una determinación especial, como evidenció en la pandemia al aceptar el reto de su padre de hacer rodillo 15 días seguidos durante el confinamiento utilizando una aplicación que simulaba rutas ciclistas realmente exigentes.

“Me apasiona el ciclismo, para mí no supone un esfuerzo entrenar cada día”, confiesa. Dispuesto a seguir mejorando como deportista. Por ahora complementa las modalidades de pista, carretera e incluso ciclocrós, pero sabe que pronto tendrá que enfocarse en una de ellas: “Lo que más me gusta es la carretera y es donde llevo más años entrenando”, explica.

Para la próxima temporada pasará a formar parte del Grupo Deportivo Llopis y su calendario y objetivos variará, aunque Óscar sigue confiando en su potencial y margen de mejora, ya que todavía no ha dado el estirón definitivo ni adquirido hábitos alimenticios y de entrenamientos similares a los que realiza un aspirante a deportista de élite.

Desde el primer día le enganchó el mundo de la bici, mostrando tener un don natural y estar tocado por una varita

“Mi referente es Juan Ayuso”, asegura, al que conoce muy bien y hace pocos años estaba batallando en competiciones similares en las que Óscar participa cada fin de semana. Ahora tiene un contrato profesional, ha ganado el Giro de Italia Junior y debutado con el UAE en alguna carrera.

“Mi sueño es ganar una gran vuelta”, explica nuestro ciclista sanvicentero, pero a la vez aclara que se conformaría con poder ser profesional, que sabe que es muy difícil. “Poder vivir de la bici y hacer lo que me gusta ya sería cumplir un sueño”, concluye. No es fácil asomar la cabeza en un mundo tan duro y desagradecido como el ciclismo, pero con el apoyo familiar y la mentalidad adecuada, Óscar puede conseguirlo porque su talento es indiscutible.

Su punto fuerte es la velocidad y el sprint, pero está mejorando en todos los terrenos y a buen seguro se convertirá en el prototipo de ciclista moderno que triunfa hoy en día.

Por ahora, Óscar debe centrarse en disfrutar y aprender, a la vez que sigue formando en el IES San Vicente (va a pasar a 3º de la ESO con muy buenas calificaciones). Tiene el ejemplo cercano de Alejandro Martínez, que le aconseja y le guía, e incluso le ha regalado algún que otro maillot muy especial.