• No habrá comisión que investigue la presunta prevaricación de Villar ni acciones contra el edil de contratación investigado

César Ponce / Somos Raspeig

En la tarde del miércoles 27 de noviembre, tuvo lugar una sesión plenaria que se adentró más allá de la medianoche. Más de siete horas de debate, en el que se notó la tensión tanto entre los concejales como entre los asistentes, en un ambiente que parecía toda una antesala de la noche de Halloween, aunque finalmente no hubiera ni truco ni trato.

Los momentos más esperados fueron la votación de la moción del PP para crear una comisión que investigue la presunta prevaricación administrativa del alcalde, así como las posibles explicaciones de Jesús Villar sobre la situación del edil de contratación Guillermo García. Sobre ambos temas, desde alcaldía se emitió un comunicado esa misma mañana y durante la sesión el alcalde no maniobró mucho más allá en su relato, a pesar de las críticas y presiones de la oposición.

La moción del PP fue rechazada. A los 11 votos en contra del equipo de gobierno (faltó un concejal socialista), se unió el de David Navarro (Podemos) y la abstención de Ramón Leyda (Compromís). Ambos argumentaron su voto centrándose en el hecho de que ya hay una investigación abierta por parte de la justicia, donde se está haciendo acopio de toda la información necesaria, por lo que consideran redundante esta comisión paralela.

La justificación del PSOE llegó por parte de la portavoz, Asun París, quien centró su crítica en Óscar Lillo acusándole de “aportar una visión artificial de la realidad para postular su candidatura en 2023 ofreciendo un buen trofeo a sus superiores orgánicos”. París pidió al portavoz popular que “deje de intentar suplantar a la justicia y de realizar una oposición destructiva”.

Villar sólo quiso criticar que “esta moción lo único que pretende es realizar un juicio paralelo para seguir sacando notas prensa. Hay quién no quiere saber, sino que quiere un minuto de gloria. Dejemos el asunto en manos de la justicia y colaboremos con ella”.

A favor votaron el propio PP, Ciudadanos y David García (único edil de Vox presente). “Por responsabilidad, respeto y transparencia, Villar era el primero que tenía que haber apoyado la creación de esta comisión, o como mínimo y por pura ética, inhibirse a la hora de votarla, al estar directamente implicado en la misma” declara Lillo, asegurando que “la pretensión de la moción no era otra que la conocer cómo se ha llegado a esta situación”.

El Popular cree que esta negativa “evidencia el posicionamiento de la izquierda ante la falta de  transparencia, de la que tanto alardean después,  a la hora de abordar un tema tan grave e inédito en San Vicente, a lo que se suma la negativa a responder a las preguntas planteadas por la oposición durante el pleno”.

El portavoz de Ciudadanos (Cs), Pachi Pascual, ha explicado sobre este asunto que «nosotros creemos que el alcalde debe dar explicaciones sobre un tema que puede ser grave y por eso somos partidarios de crear una comisión informativa especial, en la que no se trata de juzgar al alcalde, que eso ya lo hará en su caso la Justicia, sino de obtener información sobre la prórroga forzosa de un contrato caducado a raíz de la denuncia presentada no por un particular ni por la oposición, sino por el propio abogado  municipal». Pachi Pascual ha añadido que «el alcalde se equivoca al negarse a informar a los grupos, como se equivoca al mantener en su cargo al concejal de Contratación y Deportes, que está siendo investigado por un juez y además suspendido cautelarmente de militancia por su propio partido «.

Sobre éste último asunto al que se refiere Pascual, Villar reafirmó su postura del comunicado manteniendo a Guillermo García, aunque reconoció que puede existir cierta “incongruencia” por el hecho de que un concejal suspendido cautelarmente de militancia no tenga que ser excluido igualmente de un grupo municipal.

Sobre el resto de mociones, se aprobaron cuatro de ellas, todas menos la mencionada del PP y la propuesta de Vox sobre los afectados por el Alzheimer. Para finalizar la sesión, llegó el turno de las preguntas orales y escritas, así como las intervenciones de los vecinos. Destacó la extensa argumentación de uno de ellos solicitando un pleno extraordinario en el que se vote eliminar el emblema municipal que según más de 200 firmantes se utiliza de forma inadecuada y colisiona con el escudo de San Vicente.