Poesía enviada por Pascual Andrés Tévar
Cuando el día nace
y las rosas al viento gimen
despierta el encanto de la huerta
en un apocalipsis otoñal ….hacia el olvido.
Mas tu hermosura es tanta
mi conocida huerta murciana,
que en estos días
cuan apenas te he visto,
has iluminado mi retina
con la luz virgen
de tu casticismo vulgar ,
¡pero tan santo!
Como el que predicó en el desierto.
Eres la paz que invade
en la prohibida estancia de mi sueño,
El pensamiento más dulce,
La sensación de una muerte agradable ,
La risa de la desesperación dichosa.
Huerta , hermosamente podrida
da fruto en los afanes
de quienes te conocen por fuera .
Nadie, ni incluso yo que te canto
te conoce en lo profundo de tu seno,
pero adivino en tus entrañas el amor,
si , el amor de la que nos ama.
¡ Lo adivino y no lo siento!,
¿qué extraño mal me sucede?.
¿Qué desvarío es este cual de pronto
me hace que febril te cante .
¿Porqué he de cantar a la cantada
huerta murciana?.
No se , pero lo que si siento
es que nadie te cantó, no por ser huerta linda
sino precisamente ¡porque eres así de hermosa!.
Cantar lo bello no es mérito,
Ya lo tiene sin el canto,
mas buscar la razón de la belleza
¡ he ahí su merecimiento!.
No me doy por dichoso al buscar razón divina ,
se, que no la encontraré
y mi fantasía sin embargo, la presiente.
El encanto que te cubre
está en el hombre y la mujer
que día a día te crean
sin saber lo que hacen ,
pues es inspiración quien aconseja.
¡ Ay si supiera lo que hacen ¡
te destruirían para ser ellos los privilegiados
de ese poder creativo
que sellado está en sus manos.
Mas la ignorancia persistirá ,
te crearán y te volverán a crear
aunque cien lluvias te destruyan,
en su afán no encierra la razón
de lo que de verdad se ama
y que te dibuja única ¡huerta murciana!.
Murcia, he ahí el paraíso
de la tierra más fecunda
que el hombre estás deshaciendo
con salvaje automatismo.
Tu hermosura está contaminada,
Y al hombre se les olvida
que eres virgen , pura,
buscando la felicidad
en tu destrucción final.
Solo motivo eres en lo que produces,
y motivos materiales
tienen la vida tan corta
cual los seres terrenales.
No importa que te destruyan
¡ morir no es grave
cuando la herencia es grande!
Estos versos escritos en la juventud universitaria murciana de mayo de 1972 con los veinteañeros años de emociones y pasiones, me transportan en el tiempo, a la etapa universitaria en esa hermosa tierra murciana, con su huerta y sus sabores inolvidables. Tal vez recordarlo, te da una perspectiva, que el paso del tiempo la tenía olvidada, pero que fluye, como un manantial de sensaciones, que te empujan el ánimo, para seguir caminando, con fe, en el futuro, cueste lo que cueste, bajo la increíble luz mediterránea.
