Entregarse a los demás, y especialmente a los más necesitados, es un acto de solidaridad que no busca recibir nada a cambio. Aun así, es una pena que personas que han dedicado toda una vida a la beneficencia sean olvidadas cuando son ellas quienes necesitan recibir cualquier apoyo.
Es el caso de Lola Moreno, una sanvicentera muy conocida en el municipio por su gran labor social, colaborando siempre desinteresadamente con Cruz Roja en todas las campañas de recogida de sangre, banderita, lotería, etc…
Sin embargo, el pasado año sufrió un ictus que hizo peligrar su vida y le ha dejado a sus 80 años severas secuelas físicas. Ahora está en una residencia, pero pasó dos meses ingresada, tiempo en el que según indica la familia “le dieron la espalda, y Cruz Roja ni siquiera se interesó por ella ni por su situación, cuando antes le pedían ayuda a la mínima de cambio”.
No piden nada, pero los familiares de Lola están apenados por ver a su madre tan desamparada, después de que ella haya dedicado una vida entera a ayudar a quienes más lo necesitan. Sin duda, Lola merece un homenaje, y lo merece en vida. Esperemos que alguien sea capaz de agradecer como se merece su dedicación a esta sanvicentera que ahora atraviesa una delicada situación.