De nada faltó, y la diversión a raudales inundó el circuito por el que discurrió la retreta festera, con ciento de personas disfrazadas, bandas de música animando el desfile y alegría desbordante, que era de lo que se trataba.
Los payasos de la tele, grupos de futbolistas, grupos de rock y pop, Los Brincos, concubinos, Massiel, Eurovisión, extraterrestres, bañistas de los años 70, la popular Conchita, los San Fermines, Brasileños (con mensaje actual de “Vota Lula”), personajes de cómic, coches de choque, superhéroes, domadores de fieras, Olimpiadas de Barcelona’92, carreras hípicas de Ascot, mejicanos, Rafaela Carrá, Piratas y bucaneros y hasta una partida de bolos…
Fueron algunos de los disfraces que más gustaron a los miles de espectadores que llenaban sillas y tribunas en el último acto puramente festero de estos Moros y Cristianos, que dan paso a las celebraciones religiosas y al sonido de la mascletà y el castillo de fuegos artificiales.
Tres actos que suelen ser multitudinarios: la procesión, la entrega de banderas y las llaves oficiales en el castillo festero, y los fuegos artificiales.
Antes de eso, se ha cumplido con una extensa programación, con la tempranea despertà a las 8 de la mañana, la misa en honor a Santa Teresa, titular de la parroquia (con participación de colectivos sociales y fiestas hermanas de la comarca), y una estruendosa mascletà que ha sorprendido por su intensidad final a propios y extraños.
Actos de mucha participación, encabezados todos ellos por las primeras autoridades locales, los integrantes de la Junta Festera de Moros y Cristianos y los cargos que están a punto de decir adiós a unas fiestas cargadas de emotividad que han demostrado que, después de tres años de parón obligatorio había ganas, y no pocas.
En esta ocasión, las flores han ganado por goleada a los alimentos ofrecidos a la Santa, aunque los 500 kilos de comida recogidos servirán para nutrir las estanterías de Cáritas, destinataria última de las donaciones.
Con todos los actos completados y una afluencia masiva de las que no se recordaban, se puso el punto y final a las fiestas patronales de El Campello y de Moros y Cristianos con un mágico castillo de fuegos artificiales que brilló espectacular en una noche estrellada que invitaba a deleitarse con un cautivador espectáculo de color y fuego.
Fue el último día de las fiestas, con una tarde que arrancó a las 20:00 horas con la procesión de las dos imágenes del pueblo: la titular de la parroquia Santa Teresa y la patrona la Virgen de los Desamparados. La solemnidad primó, y las imágenes recorrieron las calles del municipio acompañadas por las autoridades y las capitanías con sus bandos festeros.
A continuación se celebró la tradicional entrega de banderas y lleves en el castillo festero, donde asomaron todo tipo de sentimientos, desde aquellos plenamente satisfechos tras unos días de diversión y convivencia, a los que hasta lloraban porque se acababa la fiesta.
Queda recoger las barracas, guardar los trajes… empezar a trabajar por las fiestas de 2023, y vuelta al trabajo.