Mutxamel congregó a tamborileros venidos de muchos lugares, destacando Hellín entre otros muchos.
La mañana de domingo fue una mañana llena de sonido, el sonido del tambor, que caló en las calles del municipio.
Todos los tamborileros comenzaron a tocar en la puerta del ayuntamiento para pasar a la Iglesia y hacer una ofrenda de flores a la Mare de Déu de Loreto.
Seguidamente fueron en pasacalles por las calles del casco antiguo de Mutxamel llegando hasta el ayuntamiento otra vez para hacer entrega de unos diplomas conmemorativos por el acto.