Pascual Andrés Tévar

El pasado día 08-03-2023 se celebraba “EL DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER”, con todos los
significados, y repercusiones , que conlleva, y deja abierta las puertas de reflexiones , a mi
manera, que ahora intento transmitir.
La primera MUJER que reconozco y admiraré siempre es mi MADRE. Ella, a su indiscutible y
personal manera, en aquellos años 50 del pasado siglo, me supo inculcar valores del trabajo, de
la humildad , y la superación de cada día , que reflejaban la lucha, y el sacrificio interminable, de
la historia que atravesaba nuestro país entonces. Y sabía bien, lo que era resistir, y vencer todas
las dificultades. Y sabía bien, apoyarme sin límites, para que siguiera mis estudios. Eso sí, sin
poner un pie en la cocina, ni una mano en la escoba, o en cualquier herramienta, y además con
razón, porque de manitas nunca he tenido destreza. En su caso, el FEMINISMO, era ser valiente,
resistir, y defender a la familia por encima de todo.
A continuación, dentro de la familia conocí otra MUJER, mi única HERMANA, con la que compartí
la niñez, y parte de la adolescencia, siempre llena de inquietudes, espabilada, inconformista,
vivaracha como la mejor, en nuestra querida Yecla natal. Luego nos trasladamos a nuestro
querido San Vicente del Raspeig, donde los estudios nos separaron. Y con el tiempo regresamos,
al tiempo que encontrábamos nuestras parejas, y nuestros caminos hacia la idea de formar
nuestras familias. Y ahora que hablamos del FEMINISMO, ella es pasional y atrevida en todo, y
por supuesto en su trabajo. Primero en el mundo de la enseñanza, transmitiendo sus
conocimientos de una forma tan personal, que no hay palabras concretas para definirlos. Y luego
en el mundo de la sanidad, donde su voz era la calma en la tempestad de las ansiedades de los
pacientes y familiares, que llamaban al centro de salud, y de los compañeros y compañeros, que
encontraban sosiego, sólo, con escucharla. Al fin y al cabo, ha sido, es, y será una luchadora, fiel
a sus ideas, y una innovadora en su forma de trabajar y entender la vida.
Con el paso del tiempo conozco y comparto la vida con la MUJER que desde hace casi 50 años
me acompaña, a su personal manera, en la vida, primero como novios, y desde hace más de 45
años como matrimonio. Y demostrando cada amanecer, que es la COMPAÑERA DE MI VIDA, con
el corazón y la pasión encendida, y reconvertida a la forma de vivirla, que el paso del tiempo te
exige y necesitas conseguir adaptarte, sin perder la llama de ese sentimiento infinito, y sereno,
de poder seguir estando a su lado.
A lo largo de tanto años, he compartido el valor del FEMINISMO, luchadora, inconformista, y
trabajadora, incluso antes que yo, porque fue ELLA, la posibilidad de entrar en la misma empresa
(asesoría y gestoría), pero en otra sección. Luego el FEMINISMO, me lo enseñaba ELLA, y por mi
parte, tenía que ponerme las pilas, para entenderlo, aceptarlo, y asumirlo.
El paso del tiempo, me enseñó lo que es la valentía de una MUJER, y asumir, que se puede decidir
de dejar el trabajo, por mucho que le apasionara, porque le tiraba más, de nuestro hijo, con una
enfermedad inesperada, y la necesitaba. Y ahí surge esa MUJER decidida, y valiente, sin fisuras,
para estar a su lado, e implicarse sin limitaciones, para ayudarle a superar esa enfermedad. Y
con el paso del tiempo se lo ha recompensado, convirtiéndose en ese HIJO hecho a sí mismo, y
ganando su futuro, con el la profesión y la vocación que le apasiona. Eso también es FEMINISMO.
Y también el paso del tiempo, me enseño el FEMINISMO, cuando la MUJER y compañera de la
vida, cuando, se enfrentó a la enfermedad mental de nuestra HIJA, que alguna forma nos
cambión la vida, y más a ELLA, que tenía que convivir cada día, en casa, con la situación. Pero a
pesar de todas las dificultades, de ese mundo desconocido, y en medio de las dudas y el
sufrimiento, siempre ha encontrado el valor, y la serenidad, y en muchos momentos, me lo ha
transmitido, para seguir adelante. Y desde hace un tiempo, con la ayuda de las Asociaciones,
como AFEMA, y ahora ADIEM, y los pisos tutelados, tenemos la recompensa, de sentir, que
nuestra HIJA, está mejor, y adaptada, a la convivencia en la sociedad, a su manera, con sus altos
y bajos, y ves, vives, y luchas por la recompensa cada amanecer. Eso también es FEMINISMO.
Con el paso de los años , he percibido, a mi manera, el valor del FEMINISMO, en las MUJERES,
que quieren en libertad y responsabilidad, su sitio en la sociedad, a través de la igualdad y los
valores, en el trabajo, en la familia, y en todas las formas de relacionarse como parejas. Y
encontrar que la IGUALDAD, no puede tener limitaciones ni fronteras.
Tal vez, porque el FEMINISMO, lo he vivido, a lo lardo de mi vida, con mi MADRE, con mi
HERMANA, y con la COMPAÑERA de mi vida. Y casi, sin darme cuenta, se ha incrustado, en los
valores que reconozco, y defiendo, más que en manifestaciones en las calles, que las acepto y
respeto, en la forma de pensar y relacionarme, en cada etapa, y en cada momento de mi vida.
Así que, puestos e inmersos en este debate del FEMINISMO, y de la MUJER, y alejado de pasiones
políticas, trato de ir por la vida, con la mirada limpia, y trato siempre, de ver a la MUJER , con
IGUALDAD, y en consecuencia consigo, con mis debates a cuestas, de convivir, y de compartir,
en libertad, tolerancia, y respeto, cada día. Y todo ello, influido, contagiado, y animado, bajo la
increíble luz mediterránea.