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AGUAS DE ALICANTE

San Vicente del Raspeig

LA SEMANA SANTA Y LAS VERDADES, Y LA RELIGION A CUESTAS

Texto de Pascual Andrés Tévar

En estos días de finalización del mes de marzo de 2023, en que vamos a cambiar la hora para
descubrir los amaneceres tempraneros, y los atardeceres largos, me detengo a reflexionar, a mi
manera, sobre la celebración de la Semana Santa que se acerca en los primeros días de abril
inmediato. Y me resurgen desde bien dentro, los debates de la religión católica, y a su alrededor
de toda una vida.
La Semana Santa, le hemos hecho, al menos esas son mis sensaciones, como la justificación
perfecta, para disfrutar de un puente vacacional especial, que nos ayuda a desconectar, y
disfrutar de las horas que seamos capaces de organizar, como unas vacaciones encorsetadas,
para nosotros y nuestra familia. Y en general, las sensaciones, es que son parte del turismo, en
todas sus dimensiones, porque al fin y al cabo, es sano para la economía de nuestro país.
La Semana Santa, al menos por mi parte, y tengo la sensación que es muy compartida, no tiene
ninguna conexión con las creencias religiosas, y en todo caso, para visualizar las procesiones,
como curiosidad tradicional, y las aportaciones de nuestras parroquias de nuestro querido San
Vicente del Raspeig. Dejando claro, que por norma, no me pierdo nunca dentro de ellas, salvo
contadas excepciones de entierros, que lo hago como testimonio personal en ese momento. Y
también recuerdo, que hace unos pocos años, acudía a la iglesia parroquial principal de nuestro
San Vicente del Raspeig, para el acto de la baja del altar, del Santo Patrón, previo al inicio de las
Fiestas Patronales, por primera y única vez. Pero que por otra parte, son las excepciones que
confirman la regla.
Así pues, considero necesario, aprovechando la llegada de la Semana Santa, reflexionar en voz
alta, y poner a las cosas su nombre, es decir, que existe, en una inmensa parte de nuestros
ciudadanos y ciudadanas, entre los que me encuentro, que no entrar ni siquiera detenerse a
pensar, por estar convencidos en conciencia, que la religión, ni les motiva, ni les anima. Y que
solo, se limitan a convivir, con los acontecimientos, y sin implicarse lo más mínimos en vivencias
religiosas, en ningún sentido. Pero, a su manera, las toleran, y las respetan, como a los
ciudadanos y ciudadanos que lo viven a conciencia.
En esta mezcla de reflexiones y debates con la religión, tal vez, llego a la conclusión, que la fe,
en el sentido de la trascendencia, más allá de los tiempos, dado lo limitado de nuestra existencia
temporal, es saber percibir, que las obras, la trayectoria de toda una vida, y los valores que se
desprenden, deja mensajes, que se convierten en verdades, en las creemos, y que trascienden
al paso del tiempo. Y esa es una forma, de creer, con fe, en el futuro de cada día a día, sin
ponerle nombre.
En esta vida, a veces ajetreada, y movida por valores materiales, y sacudida por guerras, y
violencias, y sufrimientos, y sacrificios, en todos los sentidos, el tiempo de la Semana Santa,
puede ser, aunque sea necesario, trabajarlo duro, buscar momentos, que nos sacudan las
conciencias, y la búsqueda sin frenos ni cortapisas, ni fariseísmos, ni falsedades, y tapaduras de
la conciencia, donde están, los valores verdaderos, que nos mueven, a seguir adelante, y por los
que merece la pena, luchar sin descanso. Eso sí, cada uno y cada una, a su personalísima y única
manera. Y tal vez, si sabemos buscarlos, encontremos , en los pequeños e insignificantes , a
primera vista, detalles, en los que no habíamos sido capaces de reparar, que nos enseñen el
camino, para seguir adelante, y sobre todo para ayudar a los demás , sin esperar nada a cambio.
Así que, en el duro combate de intentar despojarme de egoísmos, de encontrar la humildad,
desde el la búsqueda permanente del respeto a las ideas y pensamientos, de cada cual, con su
conciencia, y con la religión a cuestas, voy por la vida, libre de ataduras religiosas, pero
comprometido con al menos, con encontrar la libertad responsable. Y desde, sin falsas
pretensiones, de luchar por respetar las ideas, y a las creencias religiosas, camino apasionado.
Y pienso, y siento, de que la vida tiene sentido, cuando eres capaz se construirla, en libertad,
con las vivencias, y las inmensas dudas de cada día, y con el impulso, infinito, de la increíble luz
mediterránea.

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