En el auditorio Pedro Vaello de la Casa de Cultura, el obispo emérito Jesús Murgi dictó ayer el pregón que da inicio a las fiestas de María Auxiliadora en El Campello. El discurso consiguió atraer la atención del público desde el minuto uno, y se convirtió en una loa a la Virgen, una llamada a recuperar valores perdidos por la sociedad, y en elogios para el colegio Salesianos y la Asociación que desde hace más de un siglo organiza los festejos.
“La Asociación de María Auxiliadora de El Campello es una de entre las miles de ellas que existen en todo el mundo, que tiene su origen en el sueño de D. Bosco, generando un movimiento de devotos que mantienen vivo aquí el colegio Salesianos y la Asociación”, dijo el obispo.
“En El Campello, los salesianos de los primeros tiempos constituyeron en 1908 la primera Asociación, y con el impulso de los sucesivos directores (ahora lo es Antonio Zaragoza) y presidentas (Pilar Cosculluela en la actualidad) se extiende el amor a María Auxiliadora”.
Murgi confesó en su discurso que “una poderosa razón por la que me ilusioné por este pregón era porque iba a poder hablar de la Virgen, de María”.
Monseñor se centró en la necesidad de que la sociedad recupere valores perdidos. “Especialmente preocupante”, dijo, “es la desmoralización y desmovilización de mucha buena gente, que marcada por el hundimiento de los grandes valores de referencia de nuestra cultura, han optado por quedarse en casa aislados, acomodados, como absorbidos por la moda de la masa social, en una vida sin complicaciones ni compromisos, o abocados, por la cultura dominante, al ‘pan y circo’ de las conocidas decadencias históricas”.
El acto contó con las actuaciones de la Coral Alborada de la Asociación de Mayores y el Centro Juvenil Salesianos Garelli. Al acto inicial de los festejos asistieron anoche el alcalde Juanjo Berenguer y los concejales Cristian Palomares, Lourdes Llopis, Dorian Gomis, Maricarmen Alemañ, Inmaculada Sirvent, Julio Oca, Mercé Pairó y María José Sañudo.