
Las fiestas de la Virgen del Carmen de El Campello están en mitad de todos sus actos, hablamos con Cristian Palomares, concejal de Fiestas de El Campello para que nos cuente como se viven las fiestas desde el punto de vista del ayuntamiento.
Una vez pasadas las fiestas del año pasado, que fueron las de la vuelta, ¿qué valoración hace de ellas?
Se desarrollaron como esperábamos, porque después de dos años sin celebrarlas por la pandemia sanitaria, todos teníamos muchas ganas de recuperar los actos que definen nuestra personalidad. Estas fiestas están a punto de cumplir 100 años, y eso se traduce en una participación muy alta de la población, no sólo la residente, sino también por parte de quienes nos visitan.
¿Qué principales novedades se nos presentan en estas fiestas?
Este año como novedad tenemos el disparo de una mascletà nocturna la noche del 15 de julio, después del traslado de la Virgen del Carmen a la Cofradía de Pescadores, un acto que cada año coge más relevancia. El año pasado, junto con la Colla de Dimonis y la Comisión de Fiestas, organizamos por primera vez una “Passejà” en El Campello, acompañando a la Virgen con fuego y música, y visto la aceptación de los vecinos, este año continuamos potenciándolo.
Además, se recuperan al 100% todos los actos, tanto por las mañanas, más centrados en los niños, como por la tarde y la noche. Como siempre, música y pólvora no faltarán, junto con los necesarios actos religiosos y las procesiones tan características y que tanta fama nos dan, hasta el punto de que se trata de unas fiestas declaradas de interés turístico.
¿Como vive personalmente las fiestas de la Virgen del Carmen? ¿Qué recuerdos le traen?
Las vivo al completo, como concejal de Fiestas y Tradiciones, por lo que no me pierdo ningún acto puramente festero. Las vivo con intensidad, compartiéndolas junto con mi familia y amigos. A mí me encantan estas fiestas, que me traen muchos recuerdos de la infancia, pues mi familia paterna siempre ha estado vinculada a la mar y a este barrio de pescadores.
¿Qué nos puede decir de la pregonera?
Con Carmen Terol me une una amistad muy especial, y considero que es la persona adecuada para pregonar las fiestas. Ella misma ha dicho que su árbol genealógico está plagado de marineros y armadores. La propia Carmen ha sido armadora, y participa en las fiestas desde que tiene uso de razón. Estoy convencido de que nos va a dedicar un pregón cargado de emotividad, de nombres para recordar y de anécdotas con las que muchos de los que la escuchemos nos sentiremos identificados. Y de eso se trata: un pregón debe contener datos históricos, semblanzas de la fiesta y a la virgen del Carmen, pero también historias y acontecimientos que no deben perderse. Con un buen pregón, esos datos se recuperan y pasan a la historia.
¿Qué le hace falta a la fiesta de la Virgen del Carmen para crecer aún más?
No me gusta ni poner límites ni fijarme objetivos de participación. Se trata de unas fiestas muy participativas. No hay más que ver la procesión marinera, con decenas de barcos en el mar, y miles de personas viendo ese espectáculo desde la orilla. ¿Se puede crecer? Claro que sí. Siempre se puede crecer si tenemos la oportunidad y hacemos las cosas bien. Por eso, es necesario que los campelleros y campelleras sigamos trabajando para recuperar esas barracas de antaño, que tanta diversión y alegría ofrecían a los residentes y visitantes, y por parte de la administración, colaborar en la medida de lo posible para que eso ocurra, devolviendo la fiesta a sus calles y animando a la población a participar, tanto en los actos como en la organización de los mismos, contando siempre con la inestimable colaboración de la Cofradía de Pescadores y las diferentes entidades.
¿Cuál es el acto que espera con más ilusión?
A mí me gustan todos, créanme. Soy devoto de la Virgen del Carmen, me encanta la procesión marinera y disfruto como un niño con la pólvora y la música. Vamos… que soy muy campellero en eso. Pero al final, todos y cada uno de sus actos son dignos de ver y de vivirlos, y puesto que son unas fiestas muy abiertas y participativas, desde esta línea os invito a que los viváis todos y cada uno de ellos, con alegría, hermandad e ilusión.