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Alejandro Sanz revienta la plaza de toros de Alicante

Con el cartel de “no hay localidades” o “sold out” como gusta llamarse ahora, es decir, lleno hasta la bandera llegaba ALEJANDRO SANZ a la Plaza de Toros de Alicante

@sombrasdelachina

Con el cartel de “no hay localidades” o “sold out” como gusta llamarse ahora, es decir, lleno hasta la bandera llegaba ALEJANDRO SANZ a la Plaza de Toros de Alicante con expectación máxima en una gira “Sanz en Vivo” que comenzaba hace un año y que daba la oportunidad de volver a ver al artista madrileño en directo después de dos años.

El concierto se enmarcó en la programación que Alicante Goldest Legends, está ofreciendo en la plaza de toros durante este verano.

Sin fotógrafos en el foso a petición del artista, salvo excepciones, con los medios gráficos en el otro extremo de la plaza, entre el público, y sudando tinta china para poder hacer su trabajo de documentar lo ocurrido en el concierto, parecía querer proteger Alejandro su espectáculo de miradas indiscretas que no fuesen las de los fans incondicionales dedicados en cuerpo y alma al show.

Por lo demás, nada más que alegar señoría.

ALEJANDRO SANZ es unartista indiscutible a nivel mundial, con reconocimientos internacionales y premios del más alto nivel, que avalan sus más de 30 años sobre los escenarios y sus más de 15 discos de estudio, esto se lo sabe de memoria así que…¿qué puede fallar?

Alejandro vino a Alicante a hacer bien lo que sabe, sin que nadie le diga cómo hacer su trabajo, a contentar a un público que le esperaba ilusionado, y a hacer que pasaran una noche divertida olvidando durante dos horas el calor tórrido de las noches mediterráneas durante el mes de julio.

Bien sin más, pero no quedará en el recuerdo como una salida por la puerta grande de la Plaza de Alicante.

A la hora del comienzo ocupaban los músicos el escenario, mientras en las pantallas gigantes se proyectaban fotos de Alejandro y sonaba una intro, hasta que en lo alto de las escaleras, al más puro estilo del cabaret, apareció la silueta del artista en un contraluz de sombra con el fondo blanco, momento en el que los asistentes enloquecían antes incluso de empezar a cantar.

Las primeras canciones las cantó desde lo alto de su pedestal y sin muchos aspavientos, acercándose a los músicos y al público conforme fue avanzando el concierto y el artista empezó a sentirse más cómodo.

Quizás como una declaración de intenciones, “No es lo mismo”, “Lo que fui es lo que soy”, y “Quisera ser” fueron las canciones elegidas para echar a andar el espectáculo, en un show perfectamente estructurado en bloques que se iban presentando con una intro instrumental seguida de un popurrí de canciones que daba paso a los temas del siguiente bloque.

Hay que reconocer que esto le confiere al concierto un ritmo  que te lleva casi sin querer desde el principio hasta el final sin abruptas interrupciones, en un discurso perfectamente armónico que invita al espectador a contemplar el espectáculo general del concierto como un todo, sin detenerse demasiado en cada una de las partes, como quien lee los capítulos de un libro sin darles importancia individual pero que cuando llega al final es capaz de entender la historia que el autor ha querido contar.

A continuación, el público pudo disfrutar de temas como “El alma al aire”, “Regálame la silla donde te esperé”, “Hoy llueve, hoy duele”, “Mi marciana”, “Camino de rosas”, “Desde cuando”, “Deja que te bese”, “La fuerza del corazón”, “Siempre es de noche”, “La peleíta”, “El tren de los momentos”, “Iba”, “Cuando nadie me ve”, “Looking for Paradise”, “Amiga mía”, “He sido tan feliz contigo”, “Hay un universo de pequeñas cosas”, “Labana”, “La Rosa”,  y “Correcaminos”.

Uno de los momentos más emotivos llegó cuando Alejandro le regalaba al público una versión del tema “Contigo” de Joaquín Sabina.

Finalmente, el concierto terminaba en todo lo alto, con el público cantando y bailando uno de los temas más queridos y esperados, y por qué no decirlo, toda una obra de arte de ALEJANDRO SANZ, “Corazón partío”.

Los bises corrían a cargo de canciones de su primera época, las que más disfrutó el público, empezando con “Viviendo deprisa”, “Lo ves”, y terminando con un popurrí de “Mi soledad”, “Y si fuera ella”, y “Ese último momento”.

Un extenso repertorio en un concierto de dos horas, en el que ALEJANDRO SANZ hizo un repaso de su trayectoria musical, desde su primer disco “Viviendo Deprisa” (1991) hasta el reciente “Sanz” (2021), en el que los músicos fueron parte importante del espectáculo, llegando a tomar las riendas del concierto en varias ocasiones, y en el que los aromas y ritmos de los rincones de lugares como Andalucía, La Habana, o EE.UU, inundaron el coso alicantino en un viaje imaginario a través de la música.

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