Wilco es banda movida por un poderoso deseo de deconstruir constantemente su sonido, dinamitar los cimientos del folk más purista e instaurar un nuevo orden con un buen puñado de obras maestras, temas que conmueven y sorprenden técnicamente, lo que les hace merecedores de un lugar en el Olimpo de la música popular del siglo XXI.

Sobre estos cimientos de genialidad asistimos el pasado jueves 17 de agosto a su paso por la plaza de toros de Alicante, dentro del festival Alicante Goldest Legends Concert organizado por Ibolele producciones. Y lo hacían apenas unos días después de anunciar su 13º álbum de estudio Cousin que será lanzado el próximo 29 de septiembre.

Sorprendentemente, en dicha velada, Wilco no colgó el cartel de no hay entradas pero sí que consiguió reunir a unas 3.000 personas entregadas en cuerpo y alma a la genialidad del grupo, lo que propició que disfrutáramos de un concierto sin las apreturas de los grandes festivales, ni de los estadios que los de Chicago suelen llenar al otro lado del charco.

Por el mismo precio los incondicionales se encontraron con un entremés sorpresa, la actuación de Tre Burt, del que se dice que es el Bob Dylan del nuevo milenio porque también bebe del country o de la americana y en cuyas letras también encontramos un alto grado de compromiso social. Una actuación que nos puso sobre la pista sobre por dónde va a circular el futuro del folk americano.

Tras su actuación entraron en escena los integrantes de Wilco con un Jeff Tweedy que parecía haberse levantado de la siesta, su aspecto desaliñado contrastaba con la elegancia que la banda emana en cada una de sus composiciones. Arrancaron con su hipnótico tema Handshake Drugs que finalizó con su dosis de esquizofrenia noise con el que la banda salpica sus temas creando unos paisajes sonoros de grandes contrastes. Los de Chicago continuaron por la línea más suave y folk con los temas Story to tell, I am my Mother, Cruel Country, Hearts Hard to find y Child  todos ellos temas pertenecientes a su espectacular último doble álbum, editado en 2022, Cruel Country, una auténtica lección de ortodoxo country-folk.

Pero los conciertos de esta banda con 30 años de trayectoria no podían dejar de interpretar sus temas más icónicos comenzando con Child de su álbum Shmilco de 2016 a la que siguieron The Whole Love de su trabajo homónimo de 2011, Hummingbird (A Ghost is Born 2004), Sunken Treasuer (Being there 1996), Love is everywhere (Ode to joy 2019) para volver de nuevo al 2022 con Birdwithout a tale/Base of my skull de su último disco Cruel Country, que sirvió como punto de inflexión para encarar una recta final más eléctrica y potente con su potente tema Random Name Generator cuyo riff de guitarra fue coreado por la audiencia.

Un capitulo aparte merece la interpretación del temazo Impossible Germany de su obra maestra Sky Blue Sky de 2007. Este enigmático tema que nos habla de la importancia de la comunicación, de ser escuchado y de la confianza en el amor nos llevó de la mano a ritmo hacia un espectacular solo de precisión quirúrgica y de al menos 7 minutos de duración del virtuoso guitarrista Nels Cline, una frenética amalgama de notas con reminiscencias jazzísticas nos golpeaba en la cara hasta que se entrelazaron con la reconocible melodía con la guitarra de Tweedy redirigiendo el tema a su rumbo original.

En esta antología de clásicos no podía faltar un tema de su álbum más aplaudido por público y crítica Yankee Hotel Froxtrot de 2002, Jesus, y un sorprendente salto en el tiempo hasta el año 1995 con el tema Box Full of Letters de su primer disco A.M.

The Late Greats, Dawned on me y A Shot in the Arm pusieron el punto final de un concierto impecable, que a pesar de durar dos horas nos supo a poco. En los bises la banda se despidió con su tema más envolvente, Spiders, en el que las guitarras crean atmósferas sonoras de gran tensión.

En definitiva, una noche en la que Wilco trajo a Alicante el rock más orgánico, maleable aunque con sólidas raíces pero al mismo tiempo a la cabeza de la vanguardia sonora, comprometido pero a la vez sentimental, sensible aunque con los pies en el suelo, memorable.