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LA ENERGÍA DE “MAIKA MAKOVSKI” Y LA POESÍA DE “BURRO” CIERRAN EL M-FEST POR TODO LO ALTO EN UNA VELADA MÁGICA

El propio formato del M-FEST junto con las características de la sala en la que se celebra, el Aula de Alicante de la Fundación Mediterráneo, propicia un espectáculo cercano e intimista, con una especial conexión entre público y artista que eleva la experiencia hasta una cota emocionalmente explosiva.

Pero la guinda del pastel que el viernes pusieron MAIKA MAKOVSKI y BURRO a este festival  fue realmente emocionante e íntima, como una velada de amigos tocando la guitarra entorno al fuego de la hoguera en un refugio de montaña.

Con aproximadamente el 75 por ciento del aforo lleno, nos deleitaban en el primer turno BURRO, formado Beatriz Montiel y Conrado Isassa, envolviéndonos con sus compases de melodías poéticas y letras valientes, para dejarnos los sentimientos y las emociones a flor de piel, e hipnotizándonos cual encantadores de serpientes.

Un espectáculo acústico fiel a la esencia del grupo, que transita entre el pop, el folk y la música emo, en una atmósfera de oscuridad que, a pesar de todo, nos describe paisajes de esperanza en los que la luz se ve a lo lejos.

Pisaban Trice e Isassa al escenario, Beatriz hacía las presentaciones, confesando su origen alicantino y la procedencia madrileña de Conrado. El repertorio escrito a lápiz en media hoja, la afinación de guitarras de última hora, y un cierto titubeo a la hora de salir, podrían hacer pensar en un mundo de inseguridades de este dúo que ha editado su primer disco este mismo año, pero una vez comenzaron a tocar “No es la luna” nos introdujeron de una forma arrolladora en un universo simbólico, atemporal y sin fisuras, manejando nuestras emociones a su antojo durante todo el show.

Sonaron prácticamente todos los temas del disco y en el mismo orden, salvo por un par de detalles. “Tu nombre”, “Burro”, “¿Mi nuca?”, y también “Castalla”, canción que no está en el disco y que les gusta llamar de las nuevas aunque llevan mucho tocándola, siguieron con “Juana Dolorex”, “Esto” y “No sé”, canción con la que terminaban agradeciendo al equipo, a Fundación Mediterráneo, al M-Fest, y por supuesto a Maika por dejarles tocar primero.

El segundo acto era para MAIKA MAKOVSKI. Con un rápido cambio de equipo e instrumentos, y apenas 10 minutos para digerir lo que había pasado sobre el escenario sin romper la magia que se había creado en el ambiente, salía la mallorquina a un escenario sobrio y sin adornos ni artificios, únicamente un elegante piano de cola, una guitarra eléctrica y un micrófono, y es que Maika venía sin la banda a cantar con amigos alrededor de la hoguera.

Todo ello sobre el más absoluto negro del fondo al que también acompañaba el sencillo pero elegante traje de terciopelo azul oscuro, casi negro, de Maika.

Una puesta en escena sincera, que encajaba a la perfección con una velada íntima como esta, mucho más con lo que había pasado en la sala  hacía tan sólo unos minutos, porque ya sabemos que menos es más.

Y vaya si lo fue, el concierto de MAIKA MAKOVSKI fue todo. Nada más salir confesaba sentirse como en casa en este teatro, donde todas las veces que ha venido le han tratado espectacular, así que empezaba agradeciendo, incluso antes de empezar, a todos los que lo hacían posible, y por supuesto también a BURRO por abrir mágicamente la velada.

Con su Fender Telecaster colgada al hombro, y un único foco sobre ella para atraer toda la atención del público, comenzó a tocar “When the dust clears”, abriendo así la caja de pandora que liberó el torbellino emocional que zarandeó al público de un lado al otro de la sala, unas veces al piano y otras a la guitarra, mientras MAIKA MAKOVSKI nos presentaba un viaje por el repertorio de sus siete discos de estudio y de toda una vida de música.

A continuación una enérgica Maika ponía patas arriba la sala con “Not in love”, “Father”, “Bunch of Little burdens”, “The need”, “Frozen landscapes”, “Places where we used to sit”, “Body”, “Language”, “The Posse” y “Iron Bells”, para terminar con “Downtown”.

Artista incombustible, está claro que MAIKA MAKOVSKI se deja la piel sobre el escenario y logra transmitir al respetable, durante todo el espectáculo, esa energía que sólo los grandes rockeros emanan, no en vano entre sus referentes musicales están Lou Reed, Tom Waits, The Kinks, David Bowie o Prince; además domina a la perfección un registro vocal casi infinito, desde los graves más rockeros y sucios, hasta los agudos más refinados. Y todo ello sin banda, algo que la propia artista recomendaba ver este mismo espectáculo con la banda al completo.

Pero no se queda aquí la cosa porque, ante el clamor del público, Maika volvió a salir para terminar con “Song of distance”. Aunque antes de este tema llegó el salto de guión y, tras dudar unos instantes, nos regalaba “Si tu me quieres”, el último tema compuesto con Ovidi Tormo para Los Zigarros, y el primero de Maika en castellano, que finalmente ha pasado a formar parte del repertorio MAIKA MAKOVSKI.

Precisamente las dudas a la hora de interpretar esta canción, que no estaba incluida en un set-list escrito a mano con rotulador y en media hoja, llegaban por no estar Ovidi para interpretarlo con ella, pero finalmente Maika se lanzó al vacío y ofreció al público uno de los temas más frescos, desenfadados y sinceros del panorama del rock nacional. Nos encanta.

Ciertamente teníamos el deseo de que Ovidi apareciera por sorpresa en el escenario para acompañar a Maika en este tema, y es que el mismo sábado y con un solo día de diferencia, Los Zigarros actuaban también en Alicante, pero no pudo ser.

La ovación final fue sostenida, lo que da una idea de lo satisfecho que quedó el público con el show que había propuesto una Maika tan agradecida que, sin pasar por el camerino, se bajó del escenario y compartió conversación distendida, fotos, y firma de discos con todo aquél que quiso acercarse.

Como los buenos afitriones, Maika fue la última en irse de la fiesta y no abandonó la sala hasta que no se había marchado ya todo el público. Pero antes hubo tiempo para intercambiar discos con las chicas de BURRO que no dejaban de agradecer la oportunidad de compartir cartel con la gran MAIKA MAKOVSKI; llegaba aquí el momento divertido de la noche cuando Maika, con siete discos a sus espaldas, preguntaba si el disco “Burro” era el último, a lo que Trice se sinceraba: “¿el último?…no, es el único”, rompiendo entonces a carjadas.

Estamos impacientes por repetir con MAIKA MAKOVSKI acompañada de su banda al completo y, en cuanto a BURRO, les seguimos la pista sin duda alguna. 

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