Hacía más o menos un año que SIDONIE visitaba por última vez tierras alicantinas, en una programación de conciertos al aire libre, con motivo de la Salida de la Vuelta al Mundo a vela de The Ocean Race, junto a Sidecars y frente a unas 4.000 personas.
Pero cerca ya de las fechas navideñas, es tiempo de compartir con familia y amigos, de contar historias sentados junto al fuego y, por qué no, de alguna que otra confesión. Es época del recogimiento que nos ofrecen los conciertos en salas.
Y a eso vinieron SIDONIE a la SALA THE ONE de San Vicente del Rapeig el pasado viernes, a tocar con amigos y a pasarlo bien mientras nos hacían disfrutar hasta la extenuación, pero sin perder la esencia eléctrica y gamberra de un gran espectáculo.
Salía Marc Ros al escenario con pose rockero, que no torero, y aire a lo Mick Jagger, que quizás se trajo del paseo furtivo por aquella pasarela del Wanda Metropolitano de Madrid el año pasado.
Seguido del resto de la banda, Marc abría la chaqueta vaquera para que se pudiera ver bien el nombre de la banda en su pecho…como si necesitara presentación. No, Marc, los Stones no necesitan presentarse, pero vosotros tampoco.
Acto seguido, echaba un vistazo a una SALA THE ONE repleta y respiraba hondo como el que se siente en casa; “¿es la primera vez que tocamos en esta sala, no?” preguntaba Marc a Áxel y Jes, sonriendo.
Esta vez Marc, Áxel y Jes venían acompañados de Jordi Bastida en la guitarra, a presentarnos su último disco publicado hace escasamente un mes y de idéntico título que los componentes del grupo: “Marc, Áxel y Jes”, pero ya avisaba Marc antes de empezar que también venían a tocarnos su éxitos incondicionales y hacernos bailar hasta incendiar la sala. Y vaya si lo hicieron.
Para ir entrando en calor, arrancaron con los temas del último disco, “Cedé” y “Pesado y Estúpido”, quizás por aquello de hacer debidamente las presentaciones formales, pero rápidamente volvieron a terrenos ya conocidos con “Me llamo Abba” y “El incendio” intercambiando el orden de estos dos temas en un cambio de última hora.
A partir de aquí la sala ya no resistió, la llama prendió y empezó a arder en el incendio de un público que bailaba y cantaba como si fueran ellos los que estuvieran encima del escenario; mientras tanto SIDONIE, lejos de intentar apagarlo, estuvo avivando las llamas hasta las puertas de la madrugada, y es que realmente este grupo es un incendio sin control.
Siguieron los de Barcelona con otro temazo del nuevo disco: “Es muy pop”, que nos enloquece, para seguir con “Que me bese todo el mundo”, dos temas que continuaban en la línea del tema anterior, para disfrute del personal más bailón.
Las revoluciones bajaban un poco, sólo para coger fuerzas, con “El peor grupo del mundo”, que cuenta la bonita historia de unos chavales con muchas ganas de hacer música y la firme idea de crear un grupo…no hay más preguntas, señoría!!! Mira que nos encanta esta canción y sí, confesamos escucharla en bucle una y otra vez.
“Port Lligat” continuaba el show y después “Por ti”, “En mi garganta”, y un “Giraluna” que interpretó Marc Ros sólo en el escenario con su guitarra, como susurrándonos al oído, seguidos de “Me gustas todo el rato”, “Mil colores”, “El bosque” y “Verano del amor”.
Llegaba entonces el momento de acercarse aún más a un público ya entonces enloquecido, y Marc bajaba del escenario para pasearse entre los asistentes por toda la sala, mientras cantaba “Un día de mierda”, y tenía tiempo de cantar incluso desde lo alto de una de las barras; también hubo tiempo para fotos, besos y abrazos. Minutos antes había sido Jes el que había bajado para compartir un rato con el público tocando el bajo desde la platea.
El repertorio se completó con “Maravilloso”, que cerraba el espectáculo.
Hubo brindis de la banda con el público, como siempre, pero aún Áxel no había saltado desde lo alto de la batería, así que, tras un breve descanso, y la insistencia de un público que no tenía ninguna intención de marcharse, aún sonaron cuatro temas más: “No salgo más”, “Fascinados”, “Carreteras infinitas”, y un emocionante “Estáis aquí”, con el que SIDONIE agradece a su público el apoyo incodicional a una banda que lleva más de 25 años sobre las tablas del escenario. No puedo veros, pero sé que estáis aquí…está todo dicho.
Y como muestra de este mismo agradecimiento, Marc, Áxel y Jes, a pesar de haber tocado la noche anterior en Valencia y tener bolo al día siguiente en Murcia, tuvieron tiempo de bajar para compartir con su público, quizás con sus amigos, conversación, fotos, abrazos, y firmas, hasta que la sala estuvo totalmente vacía y ya con las luces encendidas sólo quedaban los técnicos recogiendo el equipo para ponerse en marcha otra vez.
Unos anfitriones generosos que no abandonaron la fiesta hasta que se fue el último invitado. Fuimos testigos de ello.
Siempre que tenemos la suerte de disfrutar de esta enorme banda, salimos emocionados, con las pilas cargadas e invadidos por dentro de música y buen rollo, aunque con la sensación de haber estado un par de horas en el gimnasio.
Lo dicho, un incendio musical que se desató en la SALA THE ONE de San Vicente del Raspeig la noche del viernes con la chispa de SIDONIE, y que esperamos que se vuelva a repetir lo antes posible.