Es originario de El Campello, dónde dio sus primeros pasos en el mundo artístico en «Almadraba Teatro», allí, cultivó su amor por las artes escénicas y comenzó a forjar la base de una carrera prometedora
Se trata de un actor que ha dejado su huella en el mundo del teatro, la televisión y el cine. Iván, cuenta que le gustaría devolver a El Campello, la tierra que le vio dar sus primeros pasos, esa chispa que encendió su camino, a través de un cortometraje
Pregunta: Llevas toda la vida encima de los escenarios, ¿cómo comenzaste este mundo?
Respuesta: Como mucha gente que se dedica a esto, empecé de rebote. Yo empecé en los talleres de teatro de El Campello, talleres que dirigía y dirige Almadraba Teatro, y empecé porque un amigo se apuntó y me apunté con él. Al cabo del tiempo mi amigo se quitó, y yo seguí, hasta el día hoy. Pasé muchos años en los talleres del teatro, en lo que es teatro de base, que demuestra también la importancia de este tipo de teatro, que se siga impartiendo. Como la cultura en los pueblos, eso me parece fundamental. Después me fui a Murcia a sacarme la carrera de Arte Dramático y, como todos, hice el camino hacia Madrid. Diez años después sigo aquí muy contento. Es una profesión muy dura, sobre todo por la inestabilidad y la falta de constancia, hay que tener en cuenta que aproximadamente un 8% de la gente que nos dedicamos a la interpretación vive de ello, el resto, sobrevive.
P: A parte del teatro, podríamos decir que eres un actor 360, has tenido proyectos también en la TV, y en el cine, ¿cuál de estos ámbitos es el que más te gusta?
R: Cada uno aporta una cosa muy distinta, por un lado, el teatro es la pureza, es salir a la batalla todos los días, algo maravilloso. Diariamente es algo totalmente nuevo, y si tienes la fortuna de estar en una compañía, de tener unos compañeros y compañeras con los que realmente hay feeling, y hay conexión, cada día es una aventura nueva, en la que puedes disfrutar muchísimo. Y luego por otro lado está el cine, que, de repente, te permite acceder a unos mundos con los que ni si quiera soñabas, entonces, son códigos totalmente distintos, el trabajo del actor, es muy diferente desde mi punto de vista. Al final hay unas bases y unos fundamentos en «común», ¿no?, pero no puedes actuar delante de una cámara como actúas en un teatro. Todos estos mundos son maravillosos, pero está claro que, entre teatro, cine y televisión, yo creo que me decantaría más por el teatro como actor y por el cine como director.
P: Eres el protagonista del Teatro Musical «School of Rock», ¿fue tu primer musical?
R: Sí, es cierto que yo siempre he estado vinculado a la música, siempre he hecho música, en muchas ocasiones, hablando con amigos, he dicho que soy un «músico frustrado», cosa que también va cambiando, ya que ahora mismo estoy desarrollando un proyecto personal, creando canciones propias, y trabajando para poder sacar un disco y poder sacar un proyecto musical, además de un proyecto cinematográfico como director. Al final, no creo que seamos sólo actores, o sólo creadores artísticos, hay un momento en el que descubres que a lo mejor te gusta mucho actuar, pero se te da mejor escribir, o quieres probar la dirección. Yo por ejemplo, como actor, lanzo propuestas constantemente, y, de repente un día me di cuenta de que si pasaba esto, a lo mejor lo que tenía que hacer era generar mi propia propuesta como creador artístico. Al final como artistas, somos una vía de expresión, lo que necesitamos es sacar y contar algo que llevamos dentro, de cualquier forma artística.
P: Respecto al musical, ¿qué sentiste interpretar el papel de Dewey?, físicamente, eres muy parecido al protagonista de la versión original, pero, ¿crees que eres igual de parecido en la personalidad?
R: Pierdo la cuenta de las veces que a lo largo de mi vida me han dicho que me parezco a él. Me resulta muy cercano, si existe un papel que me tuviera que abrir las puertas del musical, es sin duda, el de Dewey. El director lo comentaba en su día, un día de obra, habían fuera dos espectadores que hablaban de lo fácil que lo habían tenido en los castings por el parecido. Al principio me molestaba, pero luego pensé que realmente, es porque estoy haciendo bien mi trabajo. Personalmente, es cierto que Dewey es un apasionado de lo que hace, en eso si que me identifico mucho con él. Él realmente, no quiere ser una estrella, el quiere transmitir esa expresión artística y ese amor a los niños, en eso también me siento muy identificado con él, nunca había trabajado con niños en éste ámbito teatral, sí que había dado clases a niños, pero nunca había compartido escenario con ellos y ellas, y me ha resultado muy fácil, es maravilloso. Sobre todo ver como ellos lo viven desde la inocencia, piensa que ellos no están trabajando, no tienen los factores que tengo yo como persona adulta, ellos van a disfrutar y a jugar, eso es genial. Probablemente es de las experiencias laborales más bonitas que he tenido en mi vida.
«Trabajar en una obra artística con niños, ha sido probablemente de las experiencias laborales más bonitas que he tenido en mi vida»
Explica Cózar
P: Como has comentado, te dedicabas al mundo de la música desde antes de este proyecto, ¿cómo ha sido unir estos los terrenos de cantar y actuar a la hora de hacer el musical?
R: Es muy complicado, ten en cuenta que estás actuando, cantando, esperando a que el director musical te de una entrada, pueden suceder muchas cosas como problemas técnicos, por ejemplo. Al fin y al cabo es apertura máxima, no solo tener los oídos abiertos, es tener una escucha mucho más abierta. Y es muy bonito, muy duro, pero a la vez muy bonito. Piensa que yo no había hecho nada antes, al principio era estresante, estaba con compañeros y compañeras que llevaban años haciendo musicales, yo no, entonces para mi era totalmente nuevo. Al principio había mucha tensión, pero una vez empieza a fluir, cada vez voy disfrutando más y más. Es un trabajo muy exigente, tanto mental, como físicamente, pero es maravilloso.
P: Sabemos que quieres presentar un cortometraje para los Goya. Háblanos de este proyecto.
Ahora mismo estoy trabajando con un productor mejicano, yo tenía mi primer proyecto teatral que escribí y dirigí, que habla de la ausencia de una persona que de repente ves salir por la puerta y ese ser amado, nunca vuelve, y no tiene ninguna información ni de qué ha pasado con él, ni de dónde se ha ido, ni nada. Entonces, queremos plasmar esa espera, esa búsqueda y desesperación, el dolor que se genera en la persona que no sabe absolutamente nada. Estamos ahora mismo en proceso de preproducción, hemos adaptado el guion para cine, y estamos buscando financiación, localizaciones, etc. Eduardo es académico, y pretendemos hacer un cortometraje que nos abra la puerta de los Goya, no aspiramos a menos. Hemos juntado a un equipo muy potente, y estamos todos en Madrid. A mi me encantaría rodar en Campello, es mi pueblo, mi tierra, es un modo de devolverle parte de lo que me ha dado. Poder facilitar que gente de los teatros del pueblo participen, a modo de retribución, de devolverle a El Campello lo que me ha dado, que es la posibilidad de estar donde estoy hoy en día.
«Quiero crear un cortometraje a modo de retribución, para devolverle a El Campello lo que me ha dado, que es la posibilidad de estar donde estoy hoy en día»
Iván Cózar, actor
P: Para finalizar, ¿Qué consejo le darías a alguien en el mundo de la interpretación?
R: Que disfrute y, resumiendo, que encuentre su propia definición del éxito. A día de hoy parece que el éxito sea conseguir mucha repercusión, muchos seguidores, mucho dinero, etc. Yo creo que para cada persona el éxito es diferente, le diría que encuentre su propio éxito, porque a lo mejor el éxito es dedicarse a hacer teatro por pasión o ser una estrella de Hollywood, pero que encuentre cuál es el suyo, al fin y al cabo es ser feliz, que creo que es el objetivo vital que tenemos que luchar todos para poder alcanzar.
María García Galiana
Redacción