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COMERCIO DE SAN VICENTE

San Vicente del Raspeig

LAS DUDAS INFINITAS DE LA DESUBICACIÓN

Pascual Andrés Tévar

Ahora que me estoy percatando del mundo en el que la jubilación me ha situado, se me vienen
encima un mar de dudas, mezcladas con la desubicación, que me hacen replantearme toda la
vida que se me abre por delante , por que percibo que no soy el mismo.
Lo primero que hace sentirme inseguro, es aprender la organización metódica de todo un largo
día, alejado del mundo del trabajo, metódico, intenso, interminable, al que estaba
acostumbrado, con los horarios exigentes y agotadores. Porque ahora, no domino el tiempo,
porque me falta como ocuparlo son sentido positivo y constructivo, para que me involucre y me
motive.
Es cierto, lo que me aconsejan los amigos y colegas jubilados, que hay que saber organizar la
mente y el cuero, porque si no lo consigues, puedes entrar en el mundo de las frustraciones y
desencantos, que te alejan de tener una motivación necesaria, para seguir alerta, y con las ganas
de continuar instalado en actividades, que no te dejen paso al aburrimiento y al desánimo.
En consecuencia, me estoy tomando muy en serio, encontrar y ubicar, rutinas motivadoras, que
ocupen mi tiempo, desde el amanecer, hasta la hora del descanso del guerrero. Como el café
con leche y el zumo tempranero, las noticias del inicio de la jornada, las conversaciones políticas,
o futboleras, los almuerzos sabrosos, y el café y la copa, unidos a las conversaciones abiertas e
interminables. Los paseos, con rutas inesperadas, que cansan el cuerpo y azuzan la mente. Las
comidas improvisadas, variadas, pero bien preparadas, sin que tenga que cocinar.
Luego llega, la hora del café y la copa, después de un buen y meditado paseo, en el restaurante
amigo, con el buen equipo de profesionales, que te hacen sentirte como en casa, y encima con
los amigos de la tertulia improvisada, y otras ocurrencias, que te salvan de la monotonía, que
antes lo ocupaba con un tiempo muy controlado, y que ahora puedo alargarlo a mi manera.
Entre tanto, voy sacando dosis para leer, y sobre todo para escribir los artículos, y otras historias.
Y busco ratos elegidos, por las tardes, y noches, para ver la televisión, la película seleccionada,
y las noticias, y los programas de entretenimiento, y las tertulias deportivas, que me hagan estar
conectado, que me salven de cualquier monotonía, y me sacudan la mente, para sacarme de
cualquier melancolía. Y dando por hecho, de estar motivado a tope, los ratos del partido de mi
equipo del alma, en la sede de la Peña.
La larga jornada me deja tiempo, que antes era imposible, para reflexionar, para pensar , y
quiera o no quiera, se debaten en mi interior , todas las dudas e inseguridades , que no me queda
más remedio , sino quiero que me aceche la sombre de la depresión, que buscar las armas, para
intentar defenderme. Y aunque, a veces, me cuesta mucho solventarlo, no me queda otro
remedio, que ponerme a la faena, para combatir las ansiedades, como una especie de lucha
incuestionable, que forma parte de la vida y sus circunstancias, es decir que te hace seguir
adelante cada día.
En medio de estos quehaceres, tengo un empuje importante, que me lo da, mi vida como
Presidente de la Peña Madridista San Vicente del Raspeig, que con sus quehaceres y rutinas, me
tienen, de alguna forma, en guardia permanente, organizando la adquisición de las entradas,
para los peñistas, que es un reto, que con las nuevas tecnologías, me hace ponerme en guardia,
desde que recibo el mensaje del peñista, pasando por el correo a Peñas Real Madrid, y siguiendo
con todo el minucioso protocolo, que me hace sentirme útil , y ocupado, y responsable, para
conseguir que los peñistas, puede viajar al Santiago Bernabéu , y puedan vivir, con pasión
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Madridista , una jornada de Liga, o lo que es mejor una jornada de Champions. Con todo lo cual,
tengo el convencimiento de haber hecho un buen trabajo. Sin encima, nuestro Equipo del alma,
juega un buen partido y gana, la tarea y la misión ha merecido el esfuerzo, y tengo la mejor
recompensa.
Todo lo dicho hasta ahora, no tiene sentido, sin el empuje infinito, de la compañera de mi vida,
y de mis hijos, que le dan la razón a lo que siento, a lo que soy, y a lo que percibo, desde cada
amanecer, hasta el infinito más allá de las estrellas.
Así que, como de lo que se trata, es de tener ocupada la mente, y el cuerpo, y el espíritu, estoy
convencido, que con lucha, y coraje, y entusiasmo, en las dosis necesarias, tengo el cóctel, para
buscar, y para encontrar, el sustento, que alimente mis pasiones, y mis emociones, para
enfrentarme a la vida, eso sí, con la increíble ayuda de nuestra increíble luz mediterránea

1 COMENTARIO

  1. Que la luz mediterránea le acompañe, estimado señor. Pues ya veo que tiene Ud. la agenda repleta. Y además café y copa incluidos. Aunque no entiendo lo de las comidas «improvisadas» y «sin cocinar». Cuidadín con los precocinados y procesados, que a estas edades el cuerpo no resiste todo. El zumo matinal (que es también uno de mis vicios menores) es poco aconsejable. Pero en fin, no queremos ser los muertos más sanos del cementerio, ¿verdad?.
    Y que la duda también le acompañe, como un perro fiel. Los que siempre están seguros de algo o no son de este mundo o se engañan a sí mismos.
    Un cordial saludo.

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