Entre las colinas de la zona norte de El Campello, una inesperada joya aguarda a los visitantes, transportándolos a un tiempo de vaqueros que revive el espíritu del Viejo Oeste con sus paisajes, edificaciones y actividades
En las tranquilas tierras de Barranc d’Aigües, un rincón remoto y pintoresco, se encuentra un verdadero tesoro histórico que parece haber sido arrancado de las páginas de un libro de leyendas del Viejo Oeste. Con su salón, cárcel, banco y una calle que respira la autenticidad de épocas pasadas, esta joya escondida viene fascinando a distintas generaciones, ofreciendo un viaje cautivador a través del tiempo en medio de un entorno natural de una belleza sin igual.
Enclavado entre las imponentes montañas que se extienden entre El Campello y Benidorm, este lugar de ensueño se encuentra junto a la N332, al otro lado de la autovía del mediterráneo, los visitantes son recibidos por un pequeño bosque de eucaliptos que marca el comienzo de la ascensión por carretera. Es aquí, en medio de este bosquecillo, donde se encuentra el acceso a un verdadero tesoro del pasado: un fragmento del Viejo Oeste.
El legado del lugar se remonta a la visión de Ramón Rodríguez, un hombre arraigado en Benidorm, con raíces granaínas y una vida dedicada al mundo de la hostelería y la seguridad profesional. Durante años, el bullicio de su vida cotidiana se vio entrelazado con los ecos del Viejo Oeste, gracias a los jóvenes especialistas del género que entrenaban en su gimnasio que siempre lo invitaban a presenciar sus espectáculos en el sitio. Con el paso del tiempo, Ramón decidió visitar el lugar, y, al conocerlo se percató de que el lugar estaba visiblemente descuidado y experimentaba una disminución notable en la afluencia de turistas. Sin embargo, a pesar del abandono que rodeaba al sitio, Ramón confesó: «Me enamoré del lugar en cuanto lo vi», una declaración que revela el potencial latente que él veía en aquel rincón olvidado del Viejo Oeste.
Por el año 1999, un día mientras recorría la carretera en su motocicleta, Ramón avistó un letrero de «Se Vende» sobre el recinto. Al acercarse, encontró un teléfono anotado en una roca cercana y decidió tomar la iniciativa de llamar. Esta simple acción lo conectó con los dueños del recinto. Descubrió que las conversaciones iniciales giraban en torno al reciente fallecimiento del hermano del antiguo propietario, dejando el recinto en manos de las hermanas que, aparentemente, no estaban interesadas en mantenerlo.
Después de unas semanas de espera, Ramón recibió la llamada que cambiaría el curso de su vida: la oferta para adquirir el recinto del Fun West. Tras negociaciones y acuerdos, finalmente cerraron la operación, y Ramón se convirtió en el orgulloso propietario del lugar que tanto había capturado su corazón
Hoy en día, el Fun West se erige como un recinto de carácter privado, ofreciendo la posibilidad de ser alquilado para eventos y celebraciones especiales. Inaugurado en el año 1985, este pintoresco parque temático ocupa una extensión de 127.500 metros cuadrados dentro de una finca que supera los 200.000m2 en total. Este enclave, el primero de su clase en toda la provincia, se presenta como un testimonio vivo del encanto del Viejo Oeste, cautivando a visitantes con su ambiente único y su rica historia.
El Fun West ha sido escenario de una amplia variedad de eventos reconocidos, desde rodajes cinematográficos y sesiones fotográficas hasta comuniones, conciertos y bodas inolvidables. Su encanto único y su atmósfera evocadora han atraído a numerosos artistas y cineastas a lo largo de los años. Entre ellos, se encuentra el rodaje del videoclip «This is the Life» de Sweet California, así como la serie «Sin Rastro» de Amazon Prime, que utilizaron el entorno del poblado como telón de fondo para sus intrigantes escenas. Además, el lugar ha sido elegido como escenario para eventos moteros importantísimos en el país, festivales conocidos y eventos empresariales destacados, como los «Team Building Experienciales», entre los cuales se destaca la colaboración con la empresa Korporate. Como testimonio de su prestigio, el dueño del recinto señaló con orgullo: «Incluso el mismísimo Almodóvar estuvo el pasado verano aquí».
Sin embargo, pese su contribución a la industria del entretenimiento, el propietario del Fun West se enfrenta a un desafío constante con el ayuntamiento local. A pesar de su deseo de crear un ambiente fiel al estilo del Oeste desde el principio, se ha encontrado con una serie de obstáculos por parte de las autoridades municipales. «Desde el principio me han puesto problemas», lamentó el propietario, reflejando la lucha constante que ha tenido que enfrentar para llevar a cabo trabajo.
El conflicto entre el propietario del recinto y el ayuntamiento se remonta al inicio de la planificación para la ampliación del Plan General. En 2011, una ampliación afectó al terreno del Far West. Ante estas medidas, el propietario se defiende argumentando que el poblado tenía una calificación específica en el plan original. Sin embargo, el ayuntamiento mostró un interés en ocultar el Fun West, ya que necesitaban partir de un terreno descalificado para sus planes de expansión edificada. Con el tiempo, la situación se volvió aún más tensa, ya que el ayuntamiento requiere un terreno protegido para su expansión, y este lugar, es el único recinto con la calificación necesaria para dicha ampliación. A pesar de los intentos del propietario por dialogar y colaborar con el ayuntamiento en la organización de eventos, Ramón explicaba que: «nunca he recibido el apoyo esperado por parte de las autoridades locales».
A pesar de las dificultades con el ayuntamiento, el poblado del Fun West según nos asegura Ramón cumple con todos los requisitos legales y de seguridad exigidos por la ley. Cuenta con todos los permisos necesarios y está meticulosamente señalizado y controlado para garantizar la seguridad de sus visitantes. En palabras de Ramón: «Que me digan qué más licencias son las que necesito, para poder trabajar», evidenciando así su disposición a cumplir con todas las regulaciones pertinentes y su voluntad de colaborar con el Consorcio.
Además, Ramón, también sostiene que la Guardia Civil está intentando desalojarlo mediante el uso de controles en la puerta y difamando el sitio. Se le acusa de organizar fiestas rave, una afirmación que él niega rotundamente. «Las raves no se hacen aquí, se hacen en los túneles, y esto se ha utilizado para hacer campaña contra mí», finalizaba, reflejando así su preocupación por la reputación del lugar y su frustración por las acusaciones infundadas que afectan su negocio.
Pero, por parte del Ayuntamiento local, se insiste en que se ha dejado claro en repetidas ocasiones que sin la obtención de la licencia correspondiente, cualquier actividad organizada en el área es ilegal y sujeta a medidas disciplinarias: «No tiene ningún tipo de licencia, y por tanto no puede organizar nada allí». Además, el ayuntamiento ha insistido en la presentación de informes y proyectos como requisitos indispensables para obtener dicha licencia, resaltando la importancia de cumplir con las regulaciones establecidas para garantizar la seguridad y el cumplimiento normativo en la comunidad.
La Guardia Civil, que cuenta un sistema de seguimiento de fiestas y concentraciones ilegales, ha emitido repetidos avisos sobre la presencia de actividades no autorizadas en el área en cuestión. En respuesta a estos avisos, se han establecido dispositivos en los accesos para prohibir la entrada y evitar cualquier actividad ilegal que pueda ocurrir en el lugar. Esta colaboración entre el Ayuntamiento y la Guardia Civil destaca la importancia de cumplir con los requisitos legales para cualquier evento o actividad organizada en la zona.
En conclusión, el Fun West emerge como un tesoro cultural y turístico invaluable, capaz de ofrecer una experiencia únicay memorable a sus visitantes. Más allá de las controversias y desafíos, este lugar representa un potencial significativo para la localidad de El Campello. Promoviendo el turismo, generando empleo y enriqueciendo el tejido cultural de la región. Así como lo señaló Ramón: “Desde que se hizo la serie de Amazon Prime, he tenido más de 300 visitas”, evidenciando el impacto positivo que eventos culturales y mediáticos pueden tener en la afluencia de turistas al lugar.
Con un enfoque colaborativo y un compromiso renovado por parte de todas las partes involucradas, el Fun West tiene el poder de convertirse en un punto de referencia emblemático que celebra la historia y la tradición del Viejo Oeste, mientras contribuye positivamente al desarrollo económico y social de la comunidad circundante.
María García Galiana
Redacción