Pascual Andrés Tévar
Cuando empecé a escribir artículos semanales en el periódico EL RASPEIG, y después en el
periódico SOMOS RASPEIG, me prometí a mí mismo, no hablar de política, pero las
circunstancias actuales, especialmente con el inpendentismo a cuestas, me han obligado, en
conciencia y en espíritu, a salir a la palestra. Y con la libertad por bandera, y con la democracia
a cuestas, quiero hacer estas reflexiones.
El matrimonio con la compañera de mi vida , con la que continuo esta hermosa e interminable
aventura, se produjo en el momento del inicio de convivencia democrática en nuestra historia
común y llena de desafíos inciertos y valientes , y de complejas libertades de partidos políticos,
allá por julio de 1977. Así que me metía en dos mundos cada cual más difícil e indescifrable, el
del matrimonio, y el de la nueva convivencia política en democracia , sacudidos ambos por
tantas incertidumbres, que lo mejor era, ir paso a paso, y no preguntarse por el futuro, sino
por la semana siguiente, y si me apuras por el día siguiente.
Con mis 26 años desafiantes y aventureros, la vitalidad, y el entusiasmo a cuestas, todo eran
hermosos retos, para poner la capacidad de resistencia física y mental, en los días de
elecciones democráticas, a los que fuimos convocados. Pero además, en mi caso, fui también
convocado, a una mesa electoral. Y para corroborar toda esa aventura,, el destino me preparó,
que fuera citado, en las primeras cinco citas electorales de la nueva democracia, primero como
suplente de vocal, segundo como vocal, tercero como secretario, cuarto como presidente, y
quinto nuevamente como vocal. Así que hice el recorrido completo, hasta el punto, que nunca
más me han designado para una mesa electoral. Y en esos largos días y noches electorales
aprendía, a palpar, lo que es la democracia, desde las entrañas de los ciudadanos y ciudadanas
de a pie, en todas las vertientes y respetables opciones políticas.
Hasta tal punto estaba entusiasmo con la democracia de la transición de los años 70 y 80, que
no me dejaba lugar al descanso, en aquellos debates de investidura, de los presidentes Adolfo
Suárez, Felipe González y José María Aznar, que para mí eran una fuente interminable
aprendizaje político, y de saber razonar las alternativas, que nunca había tenido oportunidad
de escuchar y de palpar, con las visiones de la izquierda, del centro, de la derecha, y de los
extremos derecha, y extremo izquierda, y otras historias de radicalismo político. Era un mundo
nuevo, y mis pensamientos se iban orientando hacia un centro izquierda, pero respetando
todas las opciones, siempre que tuviera la necesaria tolerancia, para la libertad democrática. Y
no me importaba las largas horas de televisión, en los debates del estado de la nación, en el
Congreso, porque el tiempo lo vivía con pasión inagotable.
Todo esto, me lleva adonde quería llegar, que desde hace unos años, coincidiendo con el tema
del independentismo en Cataluña, y sin entrar en argumentos y razones políticas, que esa es
otra historia, tengo la sensación que se están radicalizando las posturas políticas y en
consecuencias los partidos políticos. Y se han perdido los debates abiertos, con tolerancia y
educación, y el Parlamento, y el Senado, se han convertido en una jaula de grillos, donde se ha
perdido el respeto bien entendido, y donde las ideas, libres de chapuzas y encorsetamientos,
brillan por su ausencia. Hasta el punto, que siento ASCO, de ver y escuchar los debates, y no se
libra, ni en los que se habla de nuestros sabios mayores. Se echan de menos esas sanas y
sabrosas frases: “VÁYASE SEÑOR GONZALEZ; o la de POR CONSIGUIENTE VOY A COTINUAR”; u
otras de tanto sabroso estilo. Por lo que presiento, que más pronto que tarde, nuestros
políticos y políticas , recapacitarán, volverán a la senda de los sanos debates de la ideas que
construyen, dan armonía a la vida, y sirven para buscar, lo que al fin y al cabo se pretende, el
bien común, sabiamente compartido. Y sino, ya se lo recordaremos en las próximas elecciones,
o en todos los foros abiertos. Porque de una u otra forma, se lo haremos saber, para que se
aprendan la lección, y lo que es más importante, que elijamos a los que sepan estar a la altura ,
y la responsabilidad que asumen para representarnos.
En estos últimos van para 47 años, que la vida en libertades nos acompaña, prácticamente han
sido los compañeros de mi vida de trabajo en la empresa, primero como empleado, y ,luego
con aventura emprendedora, con mi amigo del alma, Javier, en que hemos alcanzado la
jubilación, y parece que fue ayer , cuando acudía por primera vez a votar libremente, con el
debate intenso de mis ideas, y el respeto a las demás, aunque, algunas, no las aceptara ni en
pintura.Y donde he construido una familia, y donde ha compartido, y convivido con amigos del
alma, donde he tenido un equipo del alma, y todo ello me ha conducido hasta aquí , y hasta
ahora .Y lo que es más importante , con la libertad conquistada cada día, pacíficamente. Y
espero, y deseo, que nunca nos cansemos de luchar, y de superarnos, y de tener fe, para de
seguir por este camino.
Por otra parte pienso, que estamos inmersos en un escenario de guerras y violencia , que no
encontramos explicaciones sensatas, pero que forman parte de nuestra convivencia
internacional, ante lo cual, una vez más, tengo que aferrarme , a lo que hemos sido capaces de
construir desde la democracia de 1977. Así que, ni un paso atrás, que si la Constitución de
1978 nos ha traído hasta aquí, me pregunto con insistencia si estamos preparados, para
trabajando duro y solidariamente, y en libertad, ganar y tener fe en el futuro, porque dudas
importantes, hasta al punto, que no me ubico en ningún partido político, porque pienso que
me van a engañar, más aún, me van a defraudar. Por consiguiente, en este inmenso debate,
voy a seguir, el sabio consejo, y en libertad responsable, y con sentido común, de que “ con
paciencia, y una caña, hasta las verdes caen. “
Así que, cuando serenamente, me pago a pensar, que las ideas políticas, que las conquistas
políticas, que los avances en la convivencia de los pueblos y naciones , de ciudadanos y
ciudadanas del mundo, a nivel nacional, internacional, mundial, y del espacio infinito, solo han
tenido, tienen y tendrán sentido , si es para compartirlos libre, solidaria , y pacíficamente, y en
nuestro caso, bajo el influjo de nuestra increíble luz mediterránea.