La controversia desata tensiones vecinales, mientras algunos reclaman regulación, otros defienden la tradición veraniega de música en vivo junto al mar
Desde hace mucho tiempo, la localidad de El Campello es muy reconocida en la época en la que comienza a hacer buen tiempo por sus playas, sus calas cristalinas sus banderas azules, etc. Pero algo que también destaca de la costa del municipio son: sus chiringuitos «playeros». Sin embargo, esta temporada, trae consigo un cambio inesperado: la ausencia de conciertos en los chiringuitos. Desde hace muchos años jóvenes, familias y visitantes han disfrutado de actuaciones en directo en estos locales costeros, pero el pasado mes de marzo, tanto propietarios como artistas se vieron sorprendidos por la falta de autorización del Ayuntamiento. Esta decisión ha generado controversia y debate en la comunidad local, afectando la tradición veraniega que ha caracterizado a El Campello durante años.
Desde su apertura, el chiringuito Moana ha sido un rotundo éxito en la costa de El Campello, ganándose rápidamente el reconocimiento de locales y visitantes por igual. Su diseño moderno y acogedor, junto con una ubicación privilegiada frente al mar, lo convierten en un destino obligado para aquellos que buscan disfrutar de momentos inolvidables junto a la playa.
Con el creciente éxito del chiringuito Moana, artistas y grupos musicales comenzaron a encontrar en él un escenario perfecto para sus actuaciones. Los conciertos en vivo se convirtieron en una parte integral de la experiencia Moana, atrayendo a cientos de personas con ganas de disfrutar de buena música y un ambiente inigualable junto al mar. La combinación de la excelente oferta gastronómica del chiringuito con la emocionante atmósfera de los conciertos ha consolidado la reputación de Moana como un punto de encuentro imprescindible en la escena veraniega de El Campello.
Quejas vecinales
Sin embargo, el éxito de Moana no ha estado exento de controversia. Las quejas de vecinos preocupados por el ruido de los conciertos han surgido, generando tensiones en la comunidad local. Ubicado entre dos grandes urbanizaciones que delinean la fachada litoral del municipio, el chiringuito se encuentra en una posición que lo hace susceptible a las molestias acústicas para algunos residentes. Estas quejas han llegado al Síndic de Greuges, marcando el inicio de un conflicto que ha polarizado opiniones en la zona. La cercanía de Moana a las viviendas de los vecinos ha desencadenado una especie de guerra no declarada entre quienes disfrutan del ambiente del chiringuito y aquellos que se ven afectados por el ruido de sus eventos.
En respuesta a las quejas de los vecinos y a la intervención del Síndic, el alcalde de El Campello emitió declaraciones asegurando que las actuaciones en Moana contaban con la autorización del Gobierno local y que no permitiría que la presión vecinal afectara al sector del ocio nocturno en la ciudad. Sin embargo, ante la creciente tensión, se comprometió a revisar y modificar el pliego de condiciones para regular el nivel de decibelios durante los eventos, buscando así conciliar los intereses de los residentes con la vida nocturna del municipio. Esta medida se percibe como un intento de mitigar las quejas vecinales y responder a las preocupaciones planteadas por el Síndic de Greuges, demostrando la voluntad del Ayuntamiento de encontrar un equilibrio entre el entretenimiento y el bienestar de la comunidad local.
La implementación de esta nueva regulación implica que todos los chiringuitos deben instalar un limitador de sonido conectado directamente a la policía local, con el objetivo de garantizar que no se sobrepase el límite acústico establecido de 70 dB(A). Sin embargo, surge una preocupación entre los propietarios y artistas, ya que este límite está diseñado para la «amenización o hilo musical», y no contempla el nivel necesario para las actuaciones en vivo. Esto plantea un desafío para aquellos locales que dependen de la música en directo para atraer a su clientela, ya que podrían enfrentarse a restricciones que afecten negativamente su capacidad para ofrecer entretenimiento en vivo de calidad.
Reacciones ante la nueva implementación
Ante esta situación, los vecinos que están a favor de la música en verano y respaldan la oferta cultural de los chiringuitos han decidido tomar acción ante las nuevas restricciones. Movilizados por su deseo de mantener viva la animada atmósfera estival de El Campello, han recurrido a las redes sociales para expresar su apoyo y generar conciencia sobre la importancia de la música en vivo en la comunidad. A través de publicaciones, comentarios y campañas en línea, están compartiendo su perspectiva y defendiendo la vitalidad cultural que aportan los conciertos en los chiringuitos durante la temporada estival. Esta movilización en las redes sociales refleja la determinación de estos vecinos por preservar una parte fundamental del espíritu veraniego de El Campello.
La movilización de los vecinos a favor de los conciertos en los chiringuitos ha alcanzado un nuevo nivel con la creación de una petición en Change.org para instar al Ayuntamiento a restablecer las actuaciones musicales en estos locales costeros. Esta iniciativa ha ganado un notable respaldo, con casi 2.000 firmas recogidas en poco tiempo. La petición destaca el valor cultural y social de los conciertos de verano, subrayando su contribución al atractivo turístico y al disfrute de la comunidad local. La considerable respuesta obtenida en forma de firmas refleja el amplio apoyo que reciben los conciertos en el chiringuito por parte de los residentes y visitantes de El Campello.
La polémica en torno a los conciertos en el chiringuito Moana de la playa de El Campello refleja un conflicto complejo entre el deseo de disfrutar del entretenimiento veraniego y el derecho a la tranquilidad de los residentes. Mientras algunos vecinos se movilizan para preservar la cultura musical en la costa, otros exigen medidas que limiten las molestias acústicas.
- Fuentes: María Carmona, Xiringuito Moana Instagram
María García Galiana
Redacción