Somos L'Alacantí

El nuevo periódico de la comarca

COMERCIO DE SAN VICENTE

San Vicente del Raspeig

CUANDO SE ABRE EL MUNDO DE LAS CITAS MÉDICAS DESPUÉS DE LA JUBILACIÓN Y TE REINVENTAS EN EL TIEMPO Y EN LA FILOSOFÍA DE VIVIR

En este nuevo mundo tras la jubilación de enero 2024, se abre otra dimensión inexplorada que
es el reto de las CITAS MEDICAS. Durante mucho tiempo, es decir toda una vida, hasta la
primavera de 2024, con 73 años cumplidos en 09-2023, en mi tiempo para vivir y convivir, no
tenían cabida el Centro de Salud, los hospitales, y demás historias de médicos. Hasta tal punto,
que ese mundo, para mí como si no existiera, es decir, no tomaba ni una sola pastilla por
prescripción médica, ni por equivocación.

El paso mes de abril 2024, se me ocurre tomar cita con la doctora del Centro De Salud, y lo
primero que me dice en la cita el mes de mayo 2024, en su despacho, que no tiene
antecedentes mío en su ordenador, y que es necesario que me hace analítica de sangre y
orina, para saber más sobre mí. Y así poder organízame un control sobre mi salud y sus
consecuencias. Desde ese momento, siento, que me han cambiado la vida, y como decía
Ortega y Gasset, desde ese momento «soy yo y mi circunstancia “, es decir las CITA MEDICAS y
sus repercusiones. Pero, no voy a consentir, que me la cambie del todo, así que se traté de
mentalizarme, y seguir mi vida, como una rutina más. Y pienso, que le lo voy consiguiendo,
aunque me va a tocar luchar, con paciencia, para intentar mentalizarme.
Desde el instante que se inicia la primera cita médica, pienso y siento, que mi vida ha
cambiado, que no puedo disponer de todo el tiempo que tenía en mi mente, y que tengo que
saber muy bien, y muy claro, que las CITAS MEDICAS , me van a condicionar para siempre. Y
con más razón todavía, cuando me transmite, que el control, tiene hacerlo como mínimo cada
seis meses. Es entonces cuando tengo claro, que desde ahora en adelante, tengo que
esforzarme, en saber aprovechar y dosificar mi tiempo, porque ya no depende de mis
ocurrencias, y pensamientos, y que tengo que contar con los controles médicos, como parte
de mi forma de andar por la vida. Al mismo tiempo, los consejos de controlarme lo que como y
lo que bebo, los acepto, pero siempre, voy a luchar, por encontrar la forma, de no perder mis
sabores, y mis buenas costumbres. Otra cosa será, cuando lleguen las prohibiciones, entonces,
ya veremos lo que me invento.
Para darle más argumentos de presión, la doctora quiere controlar la próstata, y en
consecuencia se inicia otro tránsito, de visitas al urólogo en el hospital de San Vicente, y todo
lo que acarree en consecuencia, cada cierto tiempo. Al final, mi agenda, se llena de citas
médicas, que no me entorpecen y condicionan los hermosos espacios, con la familia y los
amigos del alma, pero me dejan la mosca tras la oreja. Menos mal, que son entre semana, y
vamos mentalizándonos, poco a poco, con este tipo de estrés.
Por otra parte, he puesto a salvo, sacar tiempo, para la Peña y mi Equipo del Alma, y siento,
que lo tengo controlado, porque al fin y al cabo, esto no voy a consentir, que se quede al
margen, y que es un tiempo sagrado de pasión y sentimiento Madridista, que me da vida, y
espíritu de lucha, más que cualquier medicamento. Es decir, mejor dicho, es el mejor
medicamento, para superar todos los retos, y no perder las ganas de vivir y de compartir, con
la pasión por bandera.
Y siento, el empuje definitivo, que me da y me transmite cada día, mi compañera de la vida,
que me hace sentirme enamorado de Ella y de la vida, y con la fuerza y el coraje para seguir
adelante. Porque cada amanecer, me da un motivo nuevo, para que la existencia tenga sentido
y argumentos nuevos, por insignificantes que parezcan, para salvar las retinas, las monotonías

y los sufrimientos, y tener más ganas de vivir, y de compartir pasiones y sentimientos, y de
saborearlos, sin prisa, pero sin pausa, a su lado.
En definitiva, las citas médicas, se va a convertir, en otra forma de darle sentido a mi tiempo, y
vencer la ansiedad , y el agobio, y que se conviertan en otra forma de cuidarme , y dejarme
ayudar por los médicos, Al fin y al cabo, ellos , a su manera, también mi irán indicando el
camino , para cuando lleguen los tiempos , que la vida te enseñe el final del camino, y,
entonces, tenga que dejar paso a los pensamientos infinitos más allá de las estrellas. Al fin y al
cabo, sólo espero, que mis palabras expresadas en mis artículos, dejen alguna señal, de que la
vida, siempre tiene sentido, pero, eso sí, cada cual, a su manera.
Porque al fin y al cabo, como voy caminando al Centro de salud, y al Hospital de San Vicente,
pongo en marcha la terapia de caminar, a la que estoy acostumbrado, que esa , mueble el
cuerpo, y la mente , y te va liberando, poco a poco del estrés, y lo sustituye por cansancio.
Porque aunque la mente está lúcida, el cuerpo cada vez tiene más secuelas, y como es
imposible ponerlos de acuerdo, dejo que la mente me guie, y busque refugios para, para
hacerme más soportable las limitaciones físicas.
Así que, al final las citas médicas, van a ocupar su espacio necesario, pero voy a trabajar,
intentando no agobiarme, para saber aprovecharlo, y, ser capaz, de alejarme de depresiones,
buscarle un sentido constructivo, que forme parte de las rutinas diarias, que me exija estar
atento a los horarios, y que me dé motivos para tener ilusiones nuevas. Y una filosofía de la
vida, que deje paso a los sentimientos libres, sin tapujos, y con las pasiones renovadas cada
amanecer, tocadas por nuestra increíble luz mediterránea.

DEJA UNA RESPUESTA

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *