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El Campello institucionaliza su voluntad de repatriar los restos de Rafael Altamira y su esposa, Pilar Redondo

Tras celebrar el pleno de hoy, 30 de mayo, se ha oficializado el acuerdo

Expresar la voluntad del Ayuntamiento de El Campello, junto con la familia de Altamira, para realizar la exhumación y repatriación de los restos de Rafael Altamira y Crevea y de su esposa, Pilar Redondo Tejerina, desde la ciudad de México hasta el cementerio municipal.

Así reza un acuerdo que hoy ha oficializado el pleno del Ayuntamiento de El Campello, con apoyo unánime de los partidos políticos que integran la Corporación Municipal, a propuesta del equipo de gobierno que encabeza el alcalde Juanjo Berenguer.

Todos los concejales han respaldado que se realicen los trámites necesarios por parte del Ayuntamiento, junto con la familia Altamira, para conseguir tal propósito, así como solicitar la colaboración de otras administraciones públicas para la consecución del fin.

Dichos trámites están ya muy avanzados, después de dos años en los que se han superados no pocos trámites burocráticos en los que Ayuntamiento y familia Altamira han ido siempre de la mano, y ya se ha conseguido que la Generalitat Valenciana aporte una cantidad económica que se hará efectiva en los próximos días. En todo este tiempo, el respaldo ha sido inequívoco, además de la Generalitat, también por parte de la Diputación Provincial, la embajada de España en México y la embajada de México en España. 

Rafael Altamira Crevea nació en Alicante el 10 de febrero de 1866, y falleció en México el 1 de junio de 1951. Fue un humanista historiador y americanista, pedagogo, jurista, crítico literario y escritor, con una dilatada actividad en los distintos ámbitos en los que desarrolló su vida. Estuvo muy vinculado a los proyectos de la Institución Libre de Enseñanza, alumno y amigo de Francisco Giner de los Ríos y fue secretario del Museo Pedagógico Nacional.

Doctor honoris causa en 8 universidades de América y Europa y miembro de 9 instituciones académicas, recibió infinidad de condecoraciones nacionales e internacionales.

Falleció en el exilio, en México. En la actualidad los restos reposan en una sepultura en el Pabellón Español del cementerio del Distrito Federal, en mal estado de conservación y deteriorada por el paso de los años.

En alguno de sus escritos, y en declaraciones vertidas en la prensa de la época, el humanista siempre tuvo a gala valorar su estrecha vinculación con el municipio de El Campello, donde pasó su niñez y adolescencia y en cuyo cementerio descansan sus progenitores.

En una entrevista concedida al diario «El Día» el 2 de mayo de 1935, el ilustre personaje declaró que «cuando se me aparte de la vida oficial, me retiraré al rincón de mis amores más grato: a Campello».

Como ha explicado hoy el alcalde Juanjo Berenguer en el pleno, los municipios tienen reconocidas competencias en la promoción de la cultura, entre otras, “por lo que contar con los restos de Rafael Altamira y su señora en el término municipal de El Campello se considera por el Ayuntamiento un hecho relevante desde el punto de vista cultural, no solo para el municipio, sino con una proyección tanto nacional como internacional, por la importancia de la personalidad en cuestión”.

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