César Ponce (Redactor de Somos Raspeig)

Todo calificativo que pongamos al Jove Español se queda corto. Su temporada es histórica, inimaginable y seguramente irrepetible. Consumar el ascenso sería un colofón épico. Hay que poner en valor la gestión del club, así como el trabajo de técnicos, y jugadores. Todo el panorama futbolístico provincial está mirando a San Vicente, y todo eso es gracias al Jove Español, que además a nivel de cantera también ha celebrado ascensos de mérito ganándose el derecho a disputar categorías nacionales.

Sin embargo, y no quiero parecer aguafiestas, el Jove Español también tiene otra cara y creo que el pueblo debe conocerla. El club se ha enorgullecido en los últimos tiempos de llevar el apellido ‘San Vicente’, y durante la temporada ha apelado a sus raíces históricas y a una antigüedad que se remontaría más allá del último cambio de denominación, según una instancia del club presentada al ayuntamiento recientemente.

Pero ese sentimiento de pueblo y de pertenencia, cuando ha llegado la hora de la verdad, ha brillado por su ausencia. Por desgracia, tras la gesta de conquistar un estadio histórico como es Chapín, el partido de vuelta, que será un acontecimiento de gran interés y magnitud a nivel local y provincial, no va a ser televisado en abierto, a pesar de que en San Vicente contamos con una televisión local que tiene la capacidad para hacerlo. Es decir, los sanvicenteros que no vayan al estadio no podrán ver el partido en abierto. En caso de ascenso, tampoco se podrá revisionar el partido en la hemeroteca pública de la televisión. Sé que es un asunto que da algo de pereza a tres días de poder vivir un ascenso, pero creo que es justo que los sanvicenteros conozcan todo el proceso, porque todo ha sido cuestión de voluntad. En este caso de falta de voluntad.

En la recta final de la liga regular, viendo la más que posible clasificación para la fase de play off, el ayuntamiento solicitó un presupuesto a la televisión local para emitir los partidos de casa en las rondas eliminatorias. Sin embargo, llegado el momento, el Jove Español se negó argumentando que si el partido se emitía por televisión, podría afectar en la asistencia de aficionados a las gradas (no entraré a valorar esta excusa barata que ya evidenciaba una falta de voluntad inicial).

Según el Jove fue pasando eliminatorias, la expectación fue creciendo y llegamos a la ronda decisiva. La sorpresa fue mayúscula al descubrir que la eliminatoria ante el Xerez se iba a televisar por una plataforma de pago, externa a San Vicente.

El club, que ha presumido de raíces sanvicenteras, en ningún momento trató de cerrar un acuerdo con nuestra televisión local. A pocos días del partido de vuelta, se ofreció la posibilidad de emitir el partido por televisión de San Vicente, pero siempre que fuera de pago, lo que colisiona con la filosofía y naturaleza de una televisión local, que pese a ser de ámbito privado, no cree que sea ético cobrar a los sanvicenteros para ver un acontecimiento de esta envergadura.

Con voluntad se consigue todo. Había voluntad de la televisión por realizar el partido, había voluntad municipal por afrontar los costes de la retransmisión, pero en este caso no ha habido una voluntad del club para remar todos en una misma dirección. Una pena que el Jove se ponga de espaldas a San Vicente, de espaldas a sus propios aficionados y de espaldas a los medios locales, que aún así tenemos un compromiso de informar, y así lo haremos, deseando que el Jove cumpla los objetivos y celebre un ascenso que sería histórico y positivo para todos.

Sólo espero que los aires de grandeza no distorsionen la realidad y el club sepa mantener los pies en el suelo. Porque el fútbol cambia muy rápido, y si no que se lo digan al propio Jove Español, que hace un año estaba lamentando un descenso y ahora está cerca de celebrar un ascenso. A pesar de todo, ¡Força Jove!