Julián Blázquez Sánchez (Asociación Cultural Almorçarets Sanvicenteros)
Quizá sea la ignorancia,
Tal vez un incoherente,
Carece de honestidad,
Aquél que le llama feo,
Al pueblo de San Vicente.
San Vicente del Raspeig,
Es un lugar referente,
Lo rodea de belleza,
La nobleza de sus gentes.
No debe ser muy leído,
Aquél que osa ofenderte,
No conoce tus valores,
E ignora tu referente.
San Vicente está ubicado,
En un lugar preferente,
Por los cuatro puntos cardinales,
Su acceso lo hace prudente.
Yo manifiesto al osado,
Si conoce San Vicente,
Si pasea por sus calles,
Y conversa con sus gentes.
Y cuando llega el verano,
La sombra de su arbolado,
Hacen de ti San Vicente,
Lugar de exquisito agrado.
Es obvio que en el otoño,
Caigan las hojas al suelo,
Aplaudamos al osado,
Si eso lo hace feo.
Carece de antigüedades,
Es muy joven su legado,
Posee en su integridad,
Valores dignos de halago.
Debemos ser consecuentes,
Y juzgar lo bueno y malo,
Dar vida a todo lo bueno,
Y sepultura a lo malo.
Es obvio que en su parcela,
Anida un joven poblado,
San Vicente siempre fue,
Un lugar acogedor y perdure su legado.
Aquél que llamó a tus puertas,
Siempre tendiste la mano.
Y remito al osado,
Que no existen pueblos feos ni guapos,
Son las personas que disponen,
Los que deben cultivarlos.
Según sean los frutos,
Votarlos o denegarlos.
Es la sutil intuición,
De un modesto escribano,
Afincado en San Vicente,
Ya hace sesenta años.
No existe nada más limpio,
Que la imagen del patrón,
Al llegar la primavera,
Lo sacan sus nobles gentes en solemne procesión.