Las fiestas de El Campello están a punto de comenzar, hablamos con Juanjo Berenguer, alcalde de El Campello para que nos cuente como se organiza desde el Ayuntamiento una fiesta como la de Moros y Cristianos.
¿Qué valoración hace de las fiestas del año pasado?
Salieron, como se suele decir, “a pedir de boca”. No hubo incidente a destacar, nos visitaron miles de personas, el pueblo se volcó en todos los actos, y demostramos una vez más que El Campello es un municipio que destaca por su hospitalidad. Nos divertimos y sabemos hacer que la gente se divierta. Amamos la música y la pólvora… somos muy mediterráneos, y eso se nota en la calle, sobre todo en fiestas.
La elección del pregonero o pregonera siempre es algo complicado, ¿cómo se realiza?
Efectivamente, es complicado. Es una designación que corresponde directamente al Ayuntamiento. Hacemos una lista de personas, pedimos consejo, y siempre damos con el pregonero o la pregonera idóneos, que debe cumplir un requisito: haber estado o estar vinculado a la fiesta, conocerla, valorarla y saber ponerla en valor.
Este año tenemos pregonera. Es Inmaculada Baeza Climent, “La Casimira”, una persona muy significativa del pueblo, vinculada a la fiesta y especialmente integrada en la sociedad campellera. Estoy deseando escuchar lo que sin duda ya tendrá preparado, porque será importante y nos llegará al corazón sin duda.
¿Qué tienen las fiestas de El Campello que no tengan otras?
Esa es una pregunta trampa… Para mí, como para todos mis conciudadanos, son únicas. Por citar dos cuestiones que nos diferencian, diría que el desembarco moro del amanecer del día 12, y las embajadas, que desde el principio son en valenciano.
La fiesta, además de que los vecinos se divierten y participan, es un impulso económico muy grande, ¿verdad?
En esos días, del 11 al 15 de octubre, es verdad que los negocios de restauración y alojamiento trabajan bien y duro. Nos visitan miles de personas durante esos días y las jornadas anteriores, y eso también lo nota el comercio local. Por eso siempre destaco que las fiestas de Moros y Cristianos colaboran, y mucho, en desestacionalizar el turismo. Nuestra temporada se alarga hasta mediados de octubre, y debemos seguir avanzando hasta conseguir altos niveles de ocupación durante todo el año.
Concejalía de Fiestas, Junta Festera y mucha gente que trabaja en la sombra para que todo salga bien, ¿verdad?
Muy cierto. Y todos de la mano. A esa lita hay que añadir policías locales, guardias civiles, voluntarios de Protección Civil, personal de limpieza, operarios de servicios, técnicos de iluminación y sonido… y, por supuesto, el cuerpo funcionarial, que supervisa todo, que diseña planes de emergencia, que acota espacios… Las fiestas no serían posible sin la aportación de todos ellos y mucha más gente, además de los festeros y las festeras, que son el alma que da sentido a todo esto que vamos a vivir.
¿Cuál es la relación con la Junta Festera?
Necesariamente, una relación fluida, de colaboración permanente, de trabajo en común y de esfuerzo compartido. La Junta Festera es digna de elogio, desde su presidenta Marga Sebastià hasta el último integrante de la directiva.
Por esa estrecha colaboración disfrutaremos del correfocs, la pirotecnia, la música, los desfiles, de los magníficos trajes que luciremos por las calles, ambaixades, y desembarco… y cuantos actos sean necesarios para engrandecer la fiesta, para hacerla más atractiva y participativa. La festa es cosa de todos. Son unos días en los que El Campello se llena de gente. Nuestras calles y plazas bullen de alegría. La convivencia pacífica se convierte en un imán que atrae a gentes llegadas de toda la Comunidad Valenciana, sabedora además de que tenemos actos únicos que vale la pena presenciar y disfrutar.
¿Qué le hace falta a la fiesta de El Campello para crecer?
Pues quizás más festeros y festeras, aunque ya somos más de 1.600 los inscritos en alguna comparsa y participamos en desfiles y resto de actos, junto con cientos de músicos llegados de toda la provincia. Pero eso se va consiguiendo año tras año, porque el listado crece, y con ello se engrandece la fiesta.
Un mensaje para los cargos festeros
Que disfruten, como siempre, y que hagan gala de nuestra hospitalidad para que también se lo pase bien todo aquel que nos visite. Somos hospitalarios por naturaleza, como corresponde a un municipio turístico, y eso se nota en las comparsas y barracas, en los desfiles, en los bares y restaurantes, en el comercio… en la calle misma. Somos campelleros, y eso se nota.