La “entraeta” es uno de los desfiles que más gustan a los festeros de El Campello, porque es un momento de reencuentro, algo más informal y muy divertido. Sin boatos, sin apenas maquillaje y con vestimenta cómoda, todos cubren el recorrido al son de la música que tocan las bandas. Ni siquiera en tribuna hay asientos, salvo para los cargos festeros, que son los primeros en desfilar precisamente para saludar al resto de los participantes.
Antes de la entraeta se sucedieron el desayuno fester, el alardo, el almuerzo en comparsas y barracas y la misa en honor a la patrona, la Virgen de los Desamparados, con asistencia de autoridades encabezadas por el alcalde Juanjo Berenguer y directiva de la Junta que preside Marga Sebastià.
Los majestuosos trajes de moros y cristianos dejaron paso a los disfraces en las fiestas de El Campello, con una retreta desbordante de imaginación y buen humor para deleite de los espectadores, sobre todo los menores, que recogieron caramelos y dulces para mucho tiempo.
Cada comparsa eligió una temática, y desfilaron todas con alegría contagiosa, música de lata o banda según las opciones.
Por riguroso orden preestablecido, el desfile se convirtió en todo un espectáculo en el que hubo de todo, dado que se impone la imaginación y la puesta en escena.
Con música enlatada desfilaron desde “Charlie y la máquina de chocolate” (Marrocs), que daba inicio a la retrata, fueron sucediéndose temáticas, como “Dioses griegos” (Ain Karim), “Bomberos (Pollosos), “Un paseíto en Vespa” (Cavallers de Conquesta), “Fregona” (Cavallers del Temple), “Sombies” (Tercio de Flandes), “Boxeo” (Cristians del Campello), “Tribu comanche” (Jaume I), “Olimpiadas” (Zairíes), “Srek” (Maseros), y “Locomía”, idea de Veterans.
En el acto participaron, con bandas de música, cuatro comparsas: Kordofán (“Japón”), Pacos (“Gran Prix”), Non Bebec (“Vikingos”), y Marinos, que ofreció “Cupcake, 4º aniversario”.