A sus 46 años, Toni Sivera (nacido en Gandía), antiguo internacional andorrano, ha vuelto a los terrenos de juego de forma sorprendente con el Gimnàstic Sant Vicent, equipo de la segunda regional valenciana. Este experimentado centrocampista está desafiando al tiempo, no solo manteniéndose activo, sino destacando como uno de los máximos goleadores del equipo, que actualmente ocupa una meritoria tercera plaza en su liga.
La historia de Sivera es la de un futbolista comprometido con su pasión, que ha recorrido un largo camino a nivel de clubes e internacional. Desde su formación en la Academia de Fútbol de Andorra (país en el que se afincó con 12 años), fue claro que tenía el talento necesario para hacer carrera en el fútbol. Ingresó en el FC Andorra, un club que siempre le permitió mostrar su destreza como mediocampista creativo y trabajador. Este paso inicial lo llevó a formar parte de equipos importantes como el Santa Coloma en Andorra, donde consolidó su estilo de juego inteligente y su capacidad para ser decisivo en el centro del campo.
Su trayectoria no se limitó a su país natal. Su ambición y deseo de crecimiento lo llevaron a tener experiencias internacionales, incluyendo su paso por el fútbol francés con el US Luzenac y su tiempo en equipos españoles como el Elche juvenil, Campello, Calpe, y la Universidad de Alicante, donde continuó desarrollando sus habilidades técnicas y tácticas. Cada club fue una nueva oportunidad para Sivera de aprender y aportar su experiencia, siendo una pieza clave en los vestuarios y en el campo, gracias a su consistencia y liderazgo.
A nivel internacional, su participación con la selección de Andorra es otro punto destacado de su carrera. Defendió los colores del país en numerosas ocasiones, enfrentándose a gigantes del fútbol mundial como España, Inglaterra y Holanda. Estos partidos, disputados en estadios míticos y ante selecciones históricas, le brindaron una experiencia invaluable que lo moldeó tanto en lo profesional como en lo personal.
Sin embargo, lo que hace única su historia es su longevidad y dedicación al deporte. A pesar de estar inmerso en una vida laboral y familiar activa, Sivera sigue encontrando tiempo y energía para entrenar y competir. Mantenerse en forma a esta edad requiere un nivel extraordinario de disciplina. Sivera cuida su alimentación, entrena regularmente y gestiona su tiempo de manera eficiente para poder seguir compitiendo al máximo nivel posible en una categoría exigente. Su regreso al fútbol no es solo un testimonio de su amor por el deporte, sino también de su fortaleza mental y física.
Este retorno a la competición con el Gimnàstic Sant Vicent es una muestra de su carácter competitivo y su deseo de seguir ligado al fútbol. A sus 46 años, no tiene nada que demostrar, pero su pasión por el juego lo impulsa a seguir luchando cada fin de semana en los campos regionales, disfrutando cada minuto sobre el césped con la misma ilusión que lo hacía cuando debutó hace décadas.