JUAN LLOPIS BEVIÁ

Texto de José Ramón Carbonell Beviá (Mestre d’Escola) en su sección SAN VICENTE, SU MÚSICA Y SUS MÚSICOS EN MI RECUERDO

El homenajeado en este escrito era hijo de Juan Llopis y Raquel Beviá, dos vecinos respetables y estimados sanvicenteros. Eran dos hermanos, Juan y Amelia. Juan, nace, en nuestro pueblo, el 8 de septiembre de 1932. A nivel anecdótico he de decir que mi relación con esta familia proviene del hecho de que Amelia era una de las bordadoras del taller de bordados que mi madre Herminia Beviá Pastor tenía en el número 16 de la calle José Antonio (hoy, Pintor Picasso).

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Con tan sólo 7 años comienza a manifestar su afición, su inclinación hacia la música. Quiso empezar con la flauta travesera pero no podía, pues no le llegaban los brazos y por tal motivo, eligió la trompeta. Le agradaba el sonido que le sacaba y no le resultaba difícil hacerla sonar. En el colegio le gustaban mucho las matemáticas y jugar al futbol.

Era una época en la que resultaba imprescindible contar con un cierto apoyo económico para mantener las necesidades mínimas e indispensables de una familia. Esto era prioritario de tal modo que no tuvo más remedio que salir del colegio para ponerse a trabajar en un taller de ebanistería, pero sin dejar de practicar con la trompeta. Por aquel entonces, se trabajaba “a destajo”. A principio de semana se le encomendaba la realización de 10 o 12 mesitas de noche y procuraba terminarlas cuanto antes para poder dedicar más tiempo a la trompeta y al estudio de la música.

La primera trompeta que le compró su padre fue de segunda mano y tuvieron que ir a Elche a por ella. Fueron con una bicicleta que le prestó su tío y para no perderse, el camino lo hicieron siguiendo las vías del tren. Sus amigos y compañeros de la banda celebraron tal proeza con una paella en el campo. Sus padres le compraron una bici nueva para que con ella pudiera ir a las partidas rurales y pueblos a tocar con bandas y orquestas con el fin de ganar dinero.

A los 20 años, se fue voluntario a Madrid a hacer la mili, que por aquel entonces duraba tres años. Aprovechando la ocasión, siguió estudiando en el Real Conservatorio Superior de Música, de la capital. Obtuvo el Título de Profesor de Trompeta con excelentes notas.

Su padre tenía mucha ilusión con que su chico se abriera paso en la música. Se sentía sumamente orgulloso cuando lo escuchaba interpretar aquellos solos de trompeta con la banda del pueblo. En cambio, su madre no lo tenía tan claro y consideraba que lo verdaderamente importante era tener el bachiller. No obstante, le encantaba escuchar los solos de las polcas, “El Sitio de Zaragoza”, etc.

Cuando estuvo en Madrid, haciendo “la mili”, se convocaron oposiciones para músicos en bandas del ejército. No tuvo más remedio que estudiar cultura general para poder presentarse. Aprobó una de esas oposiciones y salió con el nivel de brigada de banda de música. Se quedó ya toda su vida en el ejército.

Su primer destino fue a Cartagena, en el Regimiento de Infantería Sevilla 40. Allí conoció a Elvira, la que sería su mujer. Familiarmente la llamaban Viruqui. Hija, también, de un músico de la Armada Española. De ese matrimonio nacieron Raquel, Juan Antonio y Elsa.

Recuerdo que en cierta ocasión, nuestro ilustre músico Vicente Lillo Cánovas, fue invitado para dirigir un concierto a la Banda de la Sociedad Musical  “La Esperanza”. A dicho concierto se pidió la colaboración de músicos sanvicenteros que habían pertenecido a la banda con anterioridad. En el programa se incluyó una selección para banda de la zarzuela “Cádiz” con música de Federico Chueca y Joaquín Valverde. En ella hay varios “solos” para trompeta. Uno de los músicos colaboradores fue mi padre, Ramón Carbonell Lillo, con el bombardino. Acudí a uno de los ensayos y quedé muy gratamente sorprendido por la bonita interpretación de un músico que no conocía. Lo hizo muy bien. Le pregunté a mi padre y me dijo de quién se trataba. Se ha de tener muy en cuenta que estaba tocando la trompeta y siendo dirigido por el trompeta solista de la ONE. Pues, aun así, lo hizo muy hermoso. Era un profesional.

Dio clases de metal a alumnos del conservatorio de Elda y a educandos de los Regimientos de Cartagena, en el Regimiento Garellano 45 en Bilbao y en el Regimiento San Fernando de Alicante. En estos dos últimos ejerció de Subdirector. De haber tenido el deseado título de bachiller, que tanto pidió su madre, hubiera sido Director. Fue contratado para tocar, en diferentes bandas municipales, orquestas, teatros, óperas y con diferentes artistas como Lola Flores, Carmen Flores, Raphael…

En Bilbao, estuvo tocando junto al virtuoso solista de trompeta Maurice André. De un modo particular, estuvo dirigiendo la banda de L’Algueña e impartió clases de trompeta en la banda L’Aliança de Mutxamel.

Falleció el 12 de febrero de 2014.

Ninguno de sus tres hijos, a pesar de tener muy buenas aptitudes, se acercaron a la Música. Pero su nieto José Pascual García Llopis (hijo de Raquel) estudió tuba en  Hannover (Alemania), ciudad donde reside. En la actualidad dirige tres bandas y una orquesta sinfónica. Da clases de música y es un componente de la Bundespolizei Orchester Hannover (Banda de la Policía Nacional Alemana).

Y para terminar, solo me resta decir que ha sido para mí un gran honor realizar este merecidísimo reconocimiento a este, también ilustre, sanvicentero. Enhorabuena, estimado Juan.

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