
Natalia Zamora ha vuelto a casa, a su Mutxamel natal para representar “Josefina”, la historia de la viuda de Miguel Hernández, hablamos con ella y la conocemos un poco más.
Para los vecinos que no sepan quien eres, ¿quien es Natalia Zamora?
Natalia Zamora es una actriz, bailarina, creadora escénica que actualmente vive en Madrid y trata de desarrollar su carrera actoral tanto en el ámbito teatral como en el audiovisual. Ha participado en series como La Ruta, En tierra de mujeres y Mar Afuera (pendiente de estreno) y en películas como El Rei Peret. En teatro trabaja actualmente en producciones como «Mi vida gira alrededor de 500 metros», «5 Hermanas» o «Josefina».
¿Cuéntanos un poco tus inicios?
Con 5 años comencé a bailar en la Escuela de Danza José Soriano y con 9 entré en el grupo de teatro del Manuel Antón dirigido por Millonsky. Ambos grupos me acompañaron el resto de infancia y adolescencia hasta que comencé mis estudios superiores en la Escuela de Arte Dramático de Murcia. La primera vez que me subí a unas tablas para hacer lo que sería mi primera obra de teatro fue en la Casa de la Cultura de Mutxamel interpretando a la Princesa Cebolleta en «Sigue tú», escrita y dirigida por Millonsky.
¿Cómo decides que tu profesión va a ser la de actriz de forma profesional?
Pues lo decido en 6to de primaria realmente cuando lo que más feliz me hacía era ir a teatro los sábados. Desde entonces ya busqué cuales eran las opciones para estudiar arte dramático y tener todos los conocimientos necesarios.
¿Cuales son los estudios más importantes que has cursado?
La formación más completa la hice en la ESAD de Murcia, donde estudié interpretación en el teatro de creación. Esto son cuatro años a los que yo luego añadí un quinto de Erasmus yendo a la Janáček Academy of Music and Performing Arts in Brno (República Checa).
Televisión, cine, teatro, ¿con que te quedas?
Me gusta el teatro y me gusta el cine, creo en el poder transformador que tienen ambos y sobre todo me gustan los proyectos que en ambos casos están tratados con mimo y cuidado.
Hablando de “Josefina”, ¿como te has preparado el papel?
El proceso de crear a Josefina ha pasado por muchas etapas. Hay una primera etapa de investigación donde leo el libro que ella escribe «Recuerdos de la viuda de Miguel Hernández», alguna entrevista que le hicieron y también hablamos con personas que la conocieron directamente, el padre de Oriol entre ellos. Después fuimos desarrollando una serie de improvisaciones para ir descubriendo el cuerpo de Josefina, su manera de caminar, el acento, los temas de los que hablaría con un público, con su Miguel, con una amiga, etc. Y así poco a poco se fueron integrando todos los elementos; la espalda encorvada, los gestos muy expresivos, el acento de Orihuela y su risa particular, entre otros.
¿Cómo afrontas una hora tu sola en el escenario?
Con mucho respeto e ilusión. Al final en un monólogo no tienes el feedback de un compañero con el que puedes controlar el tiempo, la energía o la emoción. Pero es muy apasionante sostener durante una hora todo el viaje que el público vive. Además el personaje tiende a ser muy cercano por lo que digamos que no estoy completamente sola, sino que el espectador actúa como un compañero de escena.