Texto de Carlos Pastor Pastor (Investigador predoctoral)
Con motivo del día mundial contra la LGTBIfobia en el deporte, el pasado 19 de febrero la Universidad de Alicante (UA) colocó un cartel de la campaña de la Generalitat que decía: “en l’esport, la diversitat és la nostra major victoria”. En el letrero se observaba una bandera LGTBIAQ+ que amaneció tachada con pintura negra y sobre el texto la palabra “enfermos” en mayúscula. Estos actos homofóbicos no son nuevos en el municipio. El 12 de septiembre de 2022 una joven de 15 años denunció en redes una agresión homófoba al grito de “maricona” y “transformer” por parte de un grupo de adolescentes.
Esta pintada homófoba ocurre en un contexto de denuncias contra centros escolares y asociaciones que promueven las terapias de conversión en la Comunidad Valenciana. En julio de 2024 cinco exalumnos denunciaban a un profesor y presidente del Centro de Orientación Familiar (COF) dependiente del arzobispado de Valencia por someterles a prácticas de reorientación sexual. En septiembre de este año, Compromís denunció a un profesor de un colegio concertado de Valencia -también miembro de la COF- que divulgaba este tipo de terapias sin fundamento científico. Sin embargo, cuando la coalición de izquierdas propuso una comisión de investigación sobre estos tratamientos en Les Corts Valencianes, fue rechazada con los votos en contra de PP y Vox.
En los meses siguientes, se presentaron denuncias por parte de la Asociación española contra las terapias de conversión y Compromís ante la inacción del Partido Popular Valenciano. En respuesta a estas denuncias, José Ignacio Munilla, obispo de la diócesis de Orihuela y Alicante que cuenta con representación en la Universidad de Alicante, y de la cual depende el colegio Santa Faz de San Vicente afirmó “que las terapias de conversión no existen” y que “se trata de acompañar a personas con inclinaciones homosexuales ayudándoles a vivir la virtud de la castidad”.
El martes 18 de febrero el alcalde Pachi Pascual subía en sus redes fotos de la visita al ayuntamiento de los niños y niñas de tres años del colegio Santa Faz. Al día siguiente, compartía la campaña del día internacional contra la LGTBIQ+fobia en el deporte. En junio, el ayuntamiento se iluminaba de arcoíris y el cartel para los actos del día 28 mostraba unas siglas del colectivo diminutas y un orgullo enorme que no se apreciaba en las caras del equipo de gobierno durante la lectura del manifiesto. Tampoco se han visto condenas por la inacción del conseller José Antonio Rovira, ni por la actitud hacia las terapias de conversión del obispo de la diócesis de Alicante y Orihuela que legitima la homofobia de la pintada y la patologización del colectivo. Por lo que cabe preguntarse si detrás de todas esas luces y banderas existe una verdadera intención de proteger la diversidad del pueblo, o si solo es otra estrategia de rainbow-washing para una “major victoria” electoral del Partido Popular de San Vicente.
