La arquitectura tejida como revitalizadora de espacios en Mutxamel

Durante muchos meses hemos visto que en diferentes espacios del municipio de Mutxamel aparecían puertas «abrigadas» con ganchillo, telas que abrazaban árboles o incluso un árbol de Navidad hecho de ganchillo.

La «culpa» de todo ello es, en gran parte de Lucía Ibañez, arquitectura que ha basado su TFM en las «Estructuras tejidas como estrategia e identidad urbana de Mutxamel» y con ello buscaba la regeneración de espacios urbanos con ganchillo. Aunque la propia Lucia explica que el taller Tejiendo Mutxamel ya estaba iniciado cuando ella comenzó su trabajo, “yo colaboraba con ellas haciendo labores de patronaje y ayudando en el taller”.

El proyecto se abordó con el objetivo de contribuir a la regeneración urbana y actuar como atractor en el entorno urbano del municipio de Mutxamel. La idea era potenciar espacios que han caído en el olvido o que son simples lugares de tránsito pero yendo un paso más allá y no solo embellecer y revitalizar áreas del municipio, sino fortalecer lazos comunitarios y crear algo que cree lazos de pertenencia, identidad propia y sentido de lugar.

Este proyecto busca transformar y revitalizar espacios urbanos desatendidos en el municipio de Mutxamel a través de la arquitectura efímera, utilizando tejidos de ganchillo como medio principal de intervención.

El proyecto no solo se queda en la idea, sino que la lleva a cabo y sigue una metodología participativa que involucra a vecinas y vecinos, para ello, se analizó el contexto urbano, se eligieron lugares a intervenir y se trabajó en ello.

Lucía comenta que su relación con el tejido empezó desde muy pequeña, cuando se quedaba con su «yaya» y con dos agujas le enseñó lo básico, «sin saberlo, marcaría una parte importante de mi vida». En el verano de 2021, cansada de la universidad, se apuntó al taller de ganchillo intergeneracional de Mutxamel «lo que encontré allí fue mucho más que una simple actividad manual».

Tras comenzar el máster, Lucía fue investigando más sobre este tipo de arquitectura y decidió basar su TFM en ellos. Presentó el proyecto al Ayuntamiento de Mutxamel y con su apoyo siguió adelante. «Se eligió un itinerario que conectaba diferentes espacios verdes y jardines de la ciudad, lo cual jugaba a nuestro favor. Eran zonas con vegetación y árboles, perfectos para colgar y tensar las piezas que iríamos creando». Tras elegir el itinerario, el siguiente paso fue decidir donde se realizaba el taller, en un inicio se realizaba en el Casal de la Tercera Edad pero Lucía «quería romper con esa idea “edadista”, mi primer objetivo fue hacer el taller accesible en todos los sentidos» llevándolo al Casal de la Joventud y al Centro del Ravalet.

Tras comenzar el proyecto, se comenzó a intervenir en los espacios públicos, comenzando por la Plaza de Sant Roc y los Jardines de Santa Elena, tras ellos, el Paseo de la Alameda y los Jardines de Peñacerrada fueron testigos del ganchillo.

El taller ha logrado ser verdaderamente intergeneracional, el ejemplo es Erundina, que asiste a el con sus nietas Pilar y Lucía, de 11 y 10 años. Lucía comenta en su trabajo que «entre todos los participantes se han formado relaciones valiosas, superando barreras y estableciendo vínculos más allá de los lazos familiares. Para algunos, el taller ha servido como un refugio durante momentos difíciles, proporcionando una rutina que ha traído felicidad. Otros se han integrado con el pueblo y el grupo, y muchas personas han encontrado en el ganchillo una forma de relajarse. Todos coinciden en su entusiasmo por el proyecto y en el orgullo de contribuir a la transformación de Mutxamel y a la comunidad que se ha creado».

Cada intervención, desde la plaza de Sant Roc hasta los Jardines de Peñacerrada, mostró el impacto del ganchillo en la vida urbana y social. Este proyecto ha demostrado que, con recursos modestos, pero con una visión clara, es posible lograr un impacto significativo. «El taller ha superado barreras generacionales y sociales, creando una comunidad unida, empoderada y orgullosa» termina diciendo la creadora de esta idea.

El proyecto ha acabado con la presentación de un documental, realizado y producido por Héctor del Cerro, un voluntario de Arquitectura Tejida, que se presentó hace unas semanas en el auditorio de la Casa de Cultura de Mutxamel, también pudimos ver una exposición del proyecto en una de las salas de la Casa de Cultura.

Otros ayuntamientos como el de Villajoyosa se han interesado por el proyecto y centros escolares como el IES L’Alluser también quiere seguir contribuyendo al proyecto creando su propio proyecto llamado “Enganxa’t”, un proyecto de ganchillo de “L’Alluser Sostenible” que consiste en coser estructuras de ganchillo para crear sombras en el patio del centro. Otros objetivos de esta iniciativa son fomentar el bienestar emocional, la inclusión, la igualdad y la convivencia escolar. Lucía termina diciendo que «para mí ha sido un placer dejar una pequeña huella en todo esto».

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