Este es el lema del próximo congreso Comarcal de los y las socialistas de l’Alacantí. Y como municipalista militante que soy, creo que de éste Congreso tendría que salir un compromiso político firme para con la herramienta que los y las socialistas ayudamos a crear, y que la derecha se ha empeñado, contra cualquier lógica de eficiencia, eficacia y autonomía municipal, en vaciar de contenido: la Mancomunitat de l’Alacantí.

La Mancomunitat de l’Alacantí fue constituida a finales de la década de los ochenta y principios de los noventa para compartir algunos servicios entre los municipios ( en la actualidad son siete los miembros: Alacant, Sant Vicent, Sant Joan, El Campello, Agost y Mutxamel). Hoy se ocupa principalmente de tratamientos fitosanitarios y otros de índole menor, aunque en sus estatutos se recogen todos tipo de competencias. Podemos decir que la Mancomunidad ,es lo que es, “gracias” a que los municipios que participan no la consideran más que una institución menor y no en la verdadera dimensión que tiene para asuntos como la vertebración del territorio, el transporte y la movilidad, el turismo, la cultura, etc.

El gobierno del President Ximo Puig aprobó en 2018 una Ley de Mancomunidades introduciendo una nueva figura: las mancomunidades de ámbito comarcal. Entidades que gozaban en el texto legislativo de la condición de entidades locales que asumían la prestación de servicios y la gestión de actividades de ámbito supramunicipal, “representando los intereses de la población y territorio comarcales en defensa de una mayor solidaridad y equilibrio dentro de la Comunitat Valenciana”. La derecha, la misma que cuando llegó al poder en 2023 lo primero que hizo fue suprimir la Unidad de Emergencias creada por el gobierno del President Ximo Puig solo unos meses antes, modificó la Ley de Mancomunidades en 2024 suprimiendo igualmente las mancomunidades de carácter comarcal en una apuesta, no por la eficacia y la eficiencia, sino por el centralismo provincial, en lo que es un claro atentado a la racionalización de la autonomía municipal y el cogobierno comarcal en asuntos de mutuo interés.

La derecha ha considerado, desde la transición misma, que hablar de comarca no era hablar de racionalizar los recursos compartiendo proyectos; no era la forma de implementar políticas urbanísticas, de movilidad, culturales o medioambientales de forma compartida y, por lo tanto, más eficiente y eficaz. Para la derecha, a la que tanto gustan los “metarelatos”, era y es “pancatalanismo”, pese a que la Comarca es una realidad institucional, además de en Catalunya en otras comunidades del Estado. Suprimir las Mancomunidades Comarcales es un atentado, no solo al municipalismo, sino a la lógica de mejorar servicios e infraestructuras compartiendo competencias.

Soy de la opinión que, como reza el dicho, “la unión hace la fuerza”, por lo que la apuesta política de los y las socialistas de l’Alacantí debería centrarse en fortalecer la Mancomunitat, instando en primer lugar a un cambio de denominación: Mancomunidad Comarcal de L’Alacantí. En segundo lugar, a desarrollar plenamente las competencias recogidas en sus estatutos, porque es el instrumento idóneo para crear Comarca , integrando a los municipios de Xixona, La Torre y Tibi . Y en tercer lugar, exigiéndole a la Diputación Provincial que la Mancomunidad sea un interlocutor central en los planes de obras y servicios, subvenciones y programas de todos tipo que afecten o de los que pueda beneficiarse conjuntamente la Comarca.

Si no somos capaces de dotar de contenido ese “Volem Comarca”, la estructura orgánica que mantenemos a nivel Comarcal carecerá de sentido, más allá del reparto de cargos simbólicos, solo útiles para ocupar cuotas en las listas electorales.