Pablo Quintana (Vox), licenciado en Derecho y diplomado en Ciencias Empresariales, ha dedicado más de dos décadas al sector financiero. Desde hace dos años y medio, lidera la Concejalía de Intervención (dentro del Área de Hacienda) en el Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig. Con una perspectiva técnica y política, Quintana reflexiona sobre su experiencia, las obras en marcha y los desafíos principales como la tasa de basura, y la puesta en marcha de los remanentes municipales.

Pregunta: ¿Cómo llegó a asumir el cargo de concejal de Intervención?
Respuesta: Mi trayectoria profesional siempre ha estado vinculada al ámbito financiero. Aunque en los últimos años estoy trabajando en servicios centrales con un enfoque más jurídico, mi perfil multidisciplinar encajaba para gestionar esta área tan técnica. Cuando Adrián García me propuso asumir la Concejalía tras las últimas elecciones, vi una oportunidad de aplicar mis conocimientos en economía para contribuir al municipio. La política siempre me había interesado, y este cargo me pareció un reto apasionante.
P: ¿Cómo evalúa su experiencia en estos dos años y medio?
R: Ha sido diferente a lo que imaginaba, pero muy gratificante. Desde fuera, uno tiende a pensar que todo en la administración es más sencillo, pero cuando trabajas desde dentro comprendes la complejidad de los procesos. Esto es especialmente cierto en un área técnica como Hacienda, donde cada decisión tiene repercusiones directas en la gestión del municipio. He aprendido mucho sobre el funcionamiento del Ayuntamiento, y eso me ayuda a valorar mejor cómo podemos servir a los ciudadanos.
P: Los remanentes han permitido financiar importantes proyectos. ¿Cómo valora esta gestión?
R: Estamos muy satisfechos con los proyectos que financiarán los remanentes. Ya contamos con varios proyectos aprobados, algunos clave como la reforma de la piscina municipal, el asfaltado de calles, la adecuación de solares y mejoras en parques y jardines. Aunque el proceso desde la aprobación hasta la ejecución lleva tiempo, somos optimistas. Muchos proyectos tienen el diseño finalizado y los presupuestos asignados, lo que permite prever que entre 2025 y 2026 estarán concluidos.
P: ¿Qué criterios se han seguido para decidir qué proyectos se financian con los remanentes?
R: Es una combinación entre prioridades técnicas y políticas. Por un lado, Urbanismo y Arquitectura identifican necesidades importantes, y por otro, nosotros llevamos a cabo compromisos de nuestro programa, como la reforma de la piscina. Aunque algunos proyectos se iniciaron en la administración anterior, no fueron capaces de llevarlos a buen fin y será en esta legislatura cuando por fin verán la luz. Por eso nos sorprende que, pese a incluirlos en el presupeusto de remanentes, la oposición votara en contra en el pleno.
P: Uno de los temas más controvertidos es la tasa de basura. ¿Como valora toda la polémica que se ha generado?
R: La tasa de basura viene impuesta por la Ley de Economía Circular, que obliga a los ayuntamientos a recaudar el 100% del coste del servicio. Esta obligación legal impulsada por el gobierno de Pedro Sánchez representa una mala interpretación del principio de “quien contamina, paga”, y estamos en desacuerdo con cómo se aplica. Esta ley no deja margen para reducir la tasa sin comprometer el equilibrio financiero del Ayuntamiento. Por eso, llevamos a pleno la propuesta de modificar la normativa estatal para flexibilizar su aplicación. No es justo que la carga recaiga directamente sobre los ciudadanos, que ya pagan bastantes impuestos, y por eso seguimos buscando formas de aliviar este impacto.
P: ¿Considera justas las críticas de la oposición a este respecto?
R: Decir que se va a bajar la tasa de manera generalizada sin explicar cómo es, simplemente, engañar a los ciudadanos. El coste del servicio debe cubrirse, y por imperativo de la ley, ese coste debe repercutirse al ciudadano mediante esta tasa de forma específica. Lo que el ciudadano debe saber es que, cualquier reformulación de la tasa puede implicar que unos paguen menos, pero otros pagarán aún más. A todos nos gusta pensar que estaríamos en el grupo del que menos paga, pero puede que sea lo contrario. Además, esto no es un problema exclusivo de San Vicente; como se pude leer en la prensa y en los medios, en todos los municipios ha habido aumentos similares.
P: La rebaja del IBI también ha generado debate. ¿Cómo se relaciona con la tasa de basura?
R: No tienen relación. La rebaja del IBI era un compromiso de nuestro programa electoral y refleja nuestro objetivo de reducir la presión fiscal directa. Esta reducción se iba a implementar independientemente de la tasa de basura. Sin embargo, es cierto que la polémica de la tasa ha restado visibilidad a esta medida, que, por otra parte, representa una rebaja histórica del IBI en San Vicente. Pese a que la oposición se mostró contraria a la rebaja del IBI en el pleno, nuestro compromiso es mantener esta rebaja y, si es posible, ampliarla en el futuro.
P: ¿Cuáles son los retos más importantes para los próximos años?
R: Terminar los proyectos en marcha es una prioridad. Hablamos de obras relevantes como la reforma de la piscina, la adecuación de la plaza Francisco Santana Orts, un nuevo campo de fútbol y la instalación de cámaras de tráfico. También queremos mejorar la seguridad y revitalizar espacios degradados. Todo esto, sin descuidar áreas clave como las fiestas, que son una parte fundamental de nuestra identidad.
P: ¿Qué mensaje le gustaría transmitir a los vecinos?
R: Quiero recordarles que estamos aquí para atender cualquier consulta, duda o propuesta. Desde la Concejalía de Hacienda e Intervención, estamos abiertos a explicar cualquier aspecto financiero o resolver inquietudes. Nuestra prioridad es gestionar los recursos municipales de manera responsable, buscando siempre el beneficio de todos los ciudadanos.