El pasado fin de semana del 17 y 18 de mayo, Rebeca Botella volvió a pisar el césped del prestigioso torneo de flag football Copenhague Bowl que ya conquistó hace cuatro años con los San Juan Dolphins. En esta ocasión, lo hizo como parte de Quetzals.eu, un equipo internacional compuesto mayoritariamente por jugadoras mexicanas afincadas en distintos países de Europa como Francia, Alemania, Irlanda o los Países Bajos.
Invitada a unirse a esta singular escuadra, Rebeca viajó a Dinamarca junto a dos compañeros más de Alicante, habituales en otros equipos de la provincia. A pesar de que el equipo nunca había entrenado junto previamente, las Quetzals ofrecieron una actuación digna, sobre todo considerando las dificultades iniciales para encontrar la cohesión necesaria en el campo.
“Nos costó tres partidos adaptarnos y encontrar las posiciones que mejor encajaban, pero a partir de ahí empezamos a funcionar mejor y conseguimos ganar algún partido”, explicó Rebeca tras su regreso. El formato del torneo constaba de una fase de grupos el primer día y una jornada decisiva el segundo, en la que los equipos luchaban por su posición final. “Si el primer día no te va bien, es difícil optar al primer puesto”, señaló la jugadora.
A pesar de no repetir el éxito de su anterior participación, la experiencia fue enriquecedora para Rebeca, tanto a nivel deportivo como humano, al compartir campo con jugadoras de diferentes culturas y estilos de juego.
Sobre su futuro en el flag football, Rebeca comentó que aún no tiene planes definidos para la próxima temporada, aunque ha estado entrenando en Elche con el equipo Linces, formado por antiguos compañeros de los Dolphins que han decidido iniciar un nuevo proyecto deportivo en la ciudad ilicitana.
