
Nuevo ejemplo de la importancia de la colaboración ciudadana y de la efectividad de las cámaras de vigilancia dispuestas por todo el término municipal de El Campello. La Policía Local ha propuesto para ser sancionado con una multa de 600 euros al conductor de una furgoneta que le semana pasada viajó cargado de escombros desde la capital alicantina hasta un paraje de Coveta Fumá, donde los arrojó con el más absoluto de los descaros para después regresar a Alicante.
El expediente policial se aperturó a raíz de una denuncia vecinal, cuyos términos se confimaron después con el visionado de las cámaras de vigilancia y el trabajo de inspección de los agentes, en colaboración con el personal de la empresa encargada de la recogida de residuos y limpieza viaria, FCC.
Y se comprobó que el vehículo viajó desde Alicante hasta El Campello con el propósito de desprenderse de restos de obra y otros enseres… y que no era la primera vez que lo hacía, dado que 10 días antes fue captado por las cámaras en la misma actitud.
La normativa establece para estos casos de comportamientos incívicos que además constituyen un atentado contra el medio ambiente, una primera sanción de 300 euros. En caso de reincidencia, la multa puede llegar hasta los 750 euros. Finalmente, el instructor le multó con 600 euros, a la espera de que en estos días se revisen todas las grabaciones de la zona para determinar si han sido más los vertidos realizados por la misma persona o con utilización del mismo vehículo.
El Ayuntamiento de El Campello ha declarado la guerra a los vertidos, y en esa lucha se han implicado los departamentos de Seguridad y Servicios y Mantenimiento, ambos responsabilidad del concejal Rafa Galvañ.
Los inspectores han localizado hasta cuatro vertidos más en el mismo paraje, cuyo contenido se está investigando concienzudamente, dado que suele haber algún elemento que delata al infractor.
“Ya está bien de este tipo de comportamientos”, enfatiza el concejal Rafa Galvañ, que anuncia que la Policía será “implacable” en imposición de multas. “Si la pedagogía no surte efecto, a lo mejor si les tocamos el bolsillo se lo piensan antes de volver a hacerlo”, apunta el edil visiblemente enojado. “Estamos constantemente limpiando parajes, que a los pocos días vuelven a estar llenos de escombros”.