El pez escorpión (Trachinus draco), también denominado “pez araña”, “faneca brava”,  “escarapote”, “sabirón” o “salvario”, es un pez común en aguas del Mediterráneo y el Cantábrico. Es alargado y comprimido. Está dotado de un opérculo con espina venenosa dirigida hacia atrás, y vive semienterrado en el fondo arenoso o fangoso, hasta profundidades próximas a los 150 metros.

Posee un veneno de naturaleza glucoproteica y vasoconstrictora, y su picadura, cada vez más habitual en las playas españolas, puede producir síntomas de inflamación, vómitos, dolor, fiebre e incluso insuficiencia respiratoria y convulsiones. ​ El dolor, que se irradia rápidamente, alcanza el máximo a la media hora y cede a las 2 a 24 horas.

Y ese supuesto de picadura de pez araña fue elegido, ayer, para realizar un simulacro de emergencia en la playa de Carrer la Mar de El Campello, que acabó en tiempo récord de 10 minutos con la víctima atendida y trasladada a los servicios sanitarios.

El simulacro fue diseñado por la empresa Provita Sociedad Cooperativa Madrileña, encargada del servicio de socorrismo y salvamento de las playas de El Campello, y movilizó a la Policía Local y a diferentes departamentos del Ayuntamiento. El operativo se activó a las 10:45 horas, cuando un joven bañista alertó a un socorrista de la picadura, y finalizó exactamente diez minutos más tarde, a las 10:57 horas, con el caso resuelto.

El socorrista aplicó los primeros auxilios, alertó a la Policía y solicitó la presencia de la ambulancia, que llegó a las 10:54 horas. El operativo estuvo supervisado a distancia por mandos policiales, personal del departamento municipal de Playas y el concejal de Seguridad, Rafa Galvañ, quienes comprobaron que los medios y el personal del servicio de socorrismo y salvamento ejecutaron bien el simulacro.

Los tiempos de respuesta fueron buenos, y todo transcurrió según el planing de emergencia, destacando el rápido apoyo de la patrulla policial de playas, que llegó al lugar en un tiempo inferior a un minuto.

Todas las partes, eso sí, coincidieron en que es “recomendable” realizar nuevos simulacros incrementando la dificultad del supuesto y actuaciones, para una mayor evaluación del servicio.