
Llegó pasadas las 18:30 horas del lunes 13 de octubre, y convencido de que nadie lo veía ni corto ni perezoso accedió a un paraje de Cala Merced con abundante vegetación, detuvo el camión y dejó en mitad del camino varios sacos repletos de escombros y restos de obra.
Lo que no imaginaba ese conductor que se comportó de forma tan incívica es que los vecinos de la zona estaban fotografiando toda la escena. Una vez las imágenes en poder del Ayuntamiento, la Policía Local revisó las grabaciones de todas las cámaras instaladas en la zona la tarde de ese día, hasta que dio con el camión en cuestión, tanto de entrada en el paraje como de salida, una vez consumado el vertido.
Al infractor se le ha abierto ya un expediente sancionador, que acabará con la imposición de la multa “más elevada” que establece la normativa para estos casos, que se consideran además una agresión al medio ambiente.
El concejal de Seguridad, Rafa Galvañ, señala que este caso “constituye un ejemplo magnífico de colaboración ciudadana contra vertidos y comportamientos tan reprochables”.
“El conductor no tiene excusa posible”, añade Galvañ, “ni escapatoria para a hacer frente a la multa que en unos días le llegará a casa. Si le pica el bolsillo, quizás la próxima vez se lo piense dos veces antes de verter residuos en la vía pública”.